GATO PERSA, LA MUCA INSANA



miauuuuuuuu

domingo, 12 de octubre de 2014

LOS ZOOLIANS

Quieralo o no, los zoolians han sido, son y serán parte importante de mi vida. La cosa salida de mi cabeza que más consistentemente me ha perseguido.
Yo tenia entre 19 y 20 años cuando se me ocurrió escribir una historia original, quería pasar el rato escribiendo yaoi XD, pero no me sentía conocedora especialmente de alguna serie como para hacer fanfics o doujinshis, así que me lo iba a inventar todo yo. El tema era muy crap y los personajes, terriblemente cliché, pero apareció esta idea por en medio.
Quería que mis personajes fueran especiales, que tuvieran alguna clase de poder y de secreto. Los zoolians eran eso, un poder y un secreto a la vez. La idea simplísima, gente que se pudiera transformar en un animal y luego regresar a su forma original. Ta dá!. Pero la idea se fue perfeccionando a si misma sola, como una bola de nieve.
Luego ya no era un poder al azar de unas personas; era una raza de gente, viviendo escondida entre las personas normales. Luego más, no era cualquier animal, era una suerte de tótem, que correspondiera con la energía espiritual de esa persona. Luego esa gente emanaba un campo de fuerza, que hacía que los de su misma raza los pudieran reconocer así fuera la primera vez que los vieran.
Luego estaba escribiendo tratados seudocientíficos para explicar a qué se debía, cómo operaba y cómo surgió la mutación XD. Luego estaba escribiendo tratados seudohistóricos para explicar el origen de las diferentes familias de zoolians alrededor del mundo.
Luego empezaron las clasificaciones tipo Harry Potter, en un tiempo en que aún no habían escrito Harry Potter. Así había zoolians “de sangre limpia”, luego estaban los “hibridos”, una especie de “sangre sucia”, que vendrían a ser mezcla de zoolian con humano. Luego estaban “los vacíos” que equivaldrían a los squid, los hijos de padres zoolians que nacieron sin el poder de transformarse. Y finalmente los “zooticos” que tenían una especie de enfermedad de nacimiento, en que nacian con forma de animales, y no podían cambiar a su forma humana, pero tenían inteligencia humana. (sí, la zoosis fue una idea muy perturbadora)
Luego comenzaron las maldiciones, estaba la historia de “los ojos dorados” que eran una especie de cualidad casi vampírica, que fascinaba a las personas, pero las atraía hacia la locura o hacia una trágica y violenta muerte. Luego estaban “los mitos”, que se transformaban en animales imposibles, hechos de fuego, de hielo, o de sombra, sobre quienes caía la mala suerte y a quienes sus familiares rechazaban con espanto.
Lo que escribía llegó a ser un compendio que seguía a los zoolians por generaciones, los temas ya eran casi un pretexto solo para seguir desarrollando qué pasaba con ellos, pues habiendo comenzado por en medio, se me iban ocurriendo lo que pasaba antes, con los padres, con los abuelos; y lo que pasaba después, con los hijos y los nietos. Hasta que todo terminó en que los humanos los descubrían, los cazaban y exterminaban la raza. Cuando murió el último de los zoolians, fue como que me mataron a mis hijos, y ya no escribí nunca más. Tenía entonces 25 años. Los zoolians habían sido una especie de obsesión para mí, casi al punto que rayaba en casi creer en su existencia, durante casi 6 años. Justo los años en que había conocido a Ada hasta que nos peleamos y no volvimos a amistarnos más. A veces pensaba que escribía para ella, para tener con que replicarle. Sus Karayel y mis Zoolians, a pesar de sus diferencias, tenían un trasfondo parecido. Eran historias familiares, de generaciones de familias disfuncionales, que producían individuos desadaptados, solitarios y tristes, a quienes no paraban de sucederles desgracias, a pesar de que en teoría, manejaban un gran poder y eran superiores a quienes les rodeaban.
Cuando nos reuníamos, conversábamos sobre ellos, como si fueran personas que conociéramos, contándonos que les había pasado últimamente. Ella sentía una fascinación por los míos y yo sentía una fascinación por los suyos, era un vínculo extraño, pero eso me hacía admirarla y por primera vez sentir que alguien me admiraba a mi. Cuando llegó un momento que hicimos un crossover entre las dos historias, habíamos perdido la línea de lo que era real y fantasía, de lo que era mío y lo suyo, de quienes eramos nosotras y quienes nuestros personajes.  Ahora sé que yo del que me enamoré fue de Arrakis Karayel, no de ella. Y ella, se enamoró de Pantera, no de mi.
Pero lo más curioso es que esa experiencia se parece mucho a la plática astraloide de Lili. Hablar de los inmorales y los shamanes como si fuera gente que yo conociera. Gente de una especie de raza escondida, confundida entre los humanos normales, pero con una energía especial que los hace reconocerse entre sí aunque sea la primera vez que se ven. Gente a la que nos referimos aludiendo a un animal que es su tótem. Gente que es sangre limpia, sangre sucia o squid. Gente que está repartida por el mundo en colores y en familias y que está allí desde siempre. Gente por la que muchas veces los muggles sienten una extraña fascinación. Gente a la que muchas veces sus inmorales les traen más desgracias que otra cosa.
Yo a veces siento que el chisme astraloide es la versión reloaded de algo que ya venía haciendo hace mucho, reinventándose pero mejorada, tal vez por eso, casi nada de lo que me digan me perturba o me asombra. Lo único diferente es que esa conexión weird que tenía con Ada, se quedó con Ada. Ahora vivo muy desvinculada, como que me río y me divierto, pero neta no es mi asunto. He perdido la fascinación y mejor. Mi shamandar siempre ha sabido donde apuntar y siempre sentí la fascinación que sienten algunos muggles cuando están frente a un shaman o una persona astraloide, pero eran todos gente que no conocía en persona, actores o cantantes y gente famosha. Cuando conocí a Ada, sentí como la vez que Fox Mc’ Dowell conoció a Koi Cciatranne (mis dos personajes principales XD), la energía de alguien reconociendo a otro de su misma raza, entre un mar de muggles. Fue un sentimiento tan fuerte, tan profundo y tan extraño, que lo confundí con amor, porque no sabia lo que era y nunca había sentido una cosa así antes. Pero creo que era algo que tenía que ocurrir, como practica, para el desawebe.
Los zoolians siempre van conmigo, porque tomé una identidad zoolian, soy el gato, Koi Cciatranne, por todo lado al que voy en internet. Así como soy la bruja roja, la gata persa. Ya vez, que todos los astraloides también tenemos una forma animal.