Maldito bipolar ¬¬*

Estos días me he estuve documentando sobre el chingadísimo trastorno bipolar, con ánimos de entender qué chucha pasa en la trastornada cabeza del hijo de puta de toda la vida. Leí, miré test y se los apliqué estilo cuando le aplicamos el test de autismo al mosca, incluso hice estudios comparativos, por ejemplo, comparando las manifestaciones nefastas del trastorno bipolar del calamar, con los trastornos bipolares de Alan García y Jim Carrey. Me quedo con Jim Carrey, al menos es divertido.

Pero finalmente llegué a la conclusión que yo he sido mala, intolerante e incomprensiva. Que sí, él es insoportable, bravucón fanfarrón, imbécil y atorrante; pero su culpa no es, es un defecto incurable bioquimico de su cerebro y que necesita tomar litio de por vida para poder portarse como gente, y el cabrón no lo hace, o lo hace a ratos y luego lo deja. Y yo entiendo! entiendo porqué lo deja, porque tener manía es chévere, te sientes feliz, enérgico, invencible y como si te pudieras comer el mundo, y si tomar litio te quita esa sensación de poder tan rica, pues prefieres dejar la puta medicación y sentirte dios del universo, aunque luego vayas por ahi metiendote en líos, peleandote, endeudándote hasta los cojones, drogándote hasta perder el sentido y despertando en la cama de alguien que no conoces. Sí, el trastorno bipolar es chevere y es una putada. Y yo te entiendo y te perdono, IMBECIL.

TOMA TU LITIO, CARAJO!