otro de esos sueños

Soñe que me había escapado de un colegio y estaba caminando por la calle. Caminé y caminé, según yo, estaba en Los Olivos y no tenía plata para mi pasaje. En el sueño yo tenía un conocido que vivía por ahí, en una urbanización, y pensaba ir a su casa para que me dejara quedarme a dormir ahí y me diera pasaje el día siguiente. Las casas estaban pintadas todas igual por manzanas, y bien huachafas, de dos colores, había manzanas de casas amarillo con lila, y verde con color lúcuma. Llegué a una pared con una puerta grande de fierro, pero la habían cerrado, al lado había una manifestación y estaban echando a la gente con gas lacrimógeno. Yo me alejé de allí, y al rato se disipó la manifestación. Entonces abrieron la puerta de fierro y varias personas entraron, yo también me metí. La puerta servía como tranquera, adentro había pistas y manzanas de casas.Yo sabía que la casa que buscaba comenzaba con 828, y de ahí seguían 3 números más, como si fuera un número de teléfono -__-. Fui caminando por las casas fijándome en los números, pero nada se me hacía conocido. Pensé que no iba a poder encontrar la casa, y me quedaría botada por ahí. De pronto vi una manzana que sí me hizo familiar, comencé a darle la vuelta y cuando doble la esquina, todo el entorno cambió, y las calles más bien parecían un boulevard de un puerto; tenían un aire arabesco, como las últimas fotos que se tomó el burro en Marruecos, pero yo dije, no es Marruecos, es como Córdova, y vi caminando hacia mí a Eva Amaral vestida con un pantalón suelto, un top y una camisa de hilo, pasó a mi lado y yo no la saludé (se me atoró el saludo en la garganta... estaba super guapa, parecía un comercial de Ripley la mujer), luego me volteé a verla como se iba y me dije a mi misma, ¡pero si aquí he estado varias veces y ella también para por aquí, ya me acordé!. Y cuando me acordé del lugar, apareció una gitanita, me dijo pasa a mi casa y pasé a través de unas cortinas de tela, pero ella me jaló de nuevo y volví a salir por el mismo lugar. Como que lo único que quería era hacerme pasar por las cortinas. Ella parecía un poco asustada. Me dijo sigue mirando los números, ya estas cerca. Así que yo miré los números de las casa, y ahora sí, los números eran de 6 dígitos y comenzaban con 828. Entonces, miré había una pared de ladrillos sin pintar y allí estaba escrito como un grafitti “Lucerito Tejad” faltaba la “a” y a mi me agarró un susto espantoso. Al costado había una casa de dos pisos y en la pared estaba escrito el nombre de mi hermano, completo. Levanté la vista y vi la silueta del calamar, estaba con su sombrero texano, allí parado como en un balcón grande. Estaba cayendo el sol y lo tenía a contraluz, por eso no pude ver su cara, pero él estaba mirándome. Se quedó ahí mirándome un rato y luego caminó y se metió a la casa. Yo me había quedado de pánico desde que había visto mi nombre escrito en la pared, y quería ir a la casa, tocarle la puerta y preguntarle por qué había escrito el nombre de mi hermano y cómo diablos sabia el nombre de mi hermano. Pero ya me estaba despertando, y yo no quería, sabía que si me despertaba yo voluntariamente no iba a saber de nuevo como encontrar la casa. Y maldición, había caminado tanto para llegar. Pero me desperté.