Así que aparecí después de tiempo en mi casa del astral. Mecánicamente me acerqué al ventanal a mirar el jardín, como si esperara verlo. De hecho lo vi. Salí a su encuentro sin pensármelo dos veces, corrí hacia él y lo abracé como si no lo hubiera visto en años, y no lo solté por al menos un minuto. Kaan, mi Kaan.
El se dejó abrazar sin resistencia, poco a poco devolvió el abrazo, terminó también por aferrarse a mi. Finalmente nos separamos, miré sus ojos. Le acaricié el rostro. Le seguía amando tanto.
- Perdón, Luz. Pensé que ya no volverías. Solo vengo a mirar la casa, a recordar cuando viviamos juntos aquí. Algunas veces fuimos felices.
- Algunas veces. No, yo fui feliz contigo Kaan. Tu nunca tuviste la culpa de nada y yo fui muy feliz a pesar de todo.
- Porque no te has ido ya con tu esposo?
- No pude irme con él. Estos días estuve en casa de Miriam. Solo conversamos a ratos en el patio.
- No hagas eso, Luz. Se molestará, no le hagas perder la paciencia. Te podría hacer daño.
- El no me hará daño, Ha prometido esperar lo que sea necesario. Le dije que regresaría a casa y él podría... visitarme. Te tienes que ir, puede ser que venga, no debería encontrarte aquí.
- Debes irte con él, no lo provoques. Es tu esposo ahora y está en su derecho a...
- Todavía no. Pero tienes que irte, mi príncipe.
Me acerqué a él tentada a darle un beso. Se lo dí en la mejilla. Adiós. Le dije con los ojos llorosos.
- Adiós. Me respondió y se fué como la serpiente que es, deslizándose a la sombra.
Caminé hacia la casa de nuevo y ahi estaba Numal, esperando. Lo habia visto todo?
- No sabía que iba a estar aquí, no lo llamé.
- Daya y Kesh mintieron. Se supone que ya te habian quitado ese hechizo.
-Pero es cierto, Numal. Ya me lo quitaron. Lo recuerdas, tú estabas ahí cuando lo hicieron. No sabía que lo iba a encontrar aquí, no volverá a pasar. Solo lo saludé, después de todo, sigue siendo mi hermano mayor.
Numal solo arrugó el entrecejo, luego levantó la cabeza hacia atrás un poco me miró con las cejas levantadas y chasqueó la lengua.
-¿Numal? No sabia que significaba ese gesto, me quedé confundida mirándole.
Pero él no respondió. Se fué.
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