GATO PERSA, LA MUCA INSANA



miauuuuuuuu

sábado, 29 de enero de 2022

Mi verdadero ángel

 - La cagué, lo siento. Me dijeron que no fuera y fui. Ni siquiera te avisé.

- Me avisó Xuli.

- Perdóname. Yo solo quería...

- Una excusa para verlos.

- Estás molesto.

- Ni siquiera entraste la casa, por qué iba a estai molesto.

- Si hubiera entrado, si?

 Kiki me tomó la mano, intercaló sus dedos con los míos y luego besó mi mano.

- Ya sé que los quieres más que a mí. Pero que te dije yo?

- No me vas a dejar ir con alguien que me haga daño.

- Ya no llores. 

Entonces me enjugó las lágrimas y me abrazó. Y alli estaba de nuevo. La paz. La paz de Quicré.

- Tu eres mi verdadero ángel. Ellos no. Tú.

- No, Lu. Yo soy una mierda, tampoco te prendas de mi.

-Entonces?

- Bueno, por ahora estoy bien con que fuiste hasta allá y no te los tiraste a los dos. Mañana ya veremos.

Mi serpiente y mi colibri

 Y contrariando lo que me había recomendado Julieta, me presenté en el rancho del Tecolote, porque así de tonta soy y así de tanto los amo. A mi serpiente y mi colibrí. Me digo y desdigo sobre esto y tampoco tengo claro a cual quiero más o quizás sigo queriendo a la criatura conjunta que ya no existe.

Llegué canturreando desde lejos. 

- Chicos, llegué! Supe que estuvieron hablando de mi, que fué?!

Huitz salió de la casa corriendo y se me echo a los brazos.

- Luz!

Kaan salió lentamente de la casa y se quedó parado junto a la puerta. Entonces lo miré a los ojos, sus ojos.... grises? . 

Recorrí el espacio que nos separaba y alargue mis manos a su rostro para girarlo y fijarme sino era solo un reflejo de luz.

- Que haces?

- Tus ojos son grises!

- Claro. Se volvieron así a poco que nos separaron. Me viste en la boda.

Claro que no lo ví. Me pasé esa boda mirando al piso y evitando el contacto visual para no llorar. Lo conseguí bastante bien y luego no volví más a estar cerca de ellos hasta hoy.

- Eres el único que heredó sus ojos. Me quedé ahí mirándolo tan de cerca, como una tonta. Huitzin se mosqueó.

- Ya déjalo, Luz. 

Tan hermosa y frágil, mi Huitz. Por supuesto, no puedo mirarlo así, es tu marido ahora.

- Vine a ayudar. Porque discuten? 

Ellos se miraron el uno al otro, a los ojos, sus labios y sus manos. Kaan hizo una mueca de frustración y suspiró, Huitz se puso a llorar.

- A estas alturas Kaan ya me habría dicho todo lo que pensaba, sobre que estás aquí, y también habría podido sentir lo que el siente, si lo hace feliz, si todavía te quiere, yo vivía segura de que no me podía mentir ni ocultar nada, porque tenía acceso a toda su mente y su corazón.

Ahora no sé nada de él! Lo miro a los ojos, y no sé nada. Nuestro vínculo, se ha arruinado.

- Porque desconfías, y porque no te dejas entender. Necesitamos paciencia. Pero tú, solo te frustras. 

- Solo yo? Porque no le dices porque peleamos la última vez?

Kaan hizo otra mueca. Negó con la cabeza y se metió a la casa.

Huitz hizo un puchero, me tomo de las manos y me dió un beso en la mejilla.

- Perdónanos, somos horribles. Los dos hemos dicho tu nombre mientras estábamos cogiendo. Luego nos fuimos a la mierda. 

No merecemos que nos ayudes. Somos horribles. Y se metió a la casa también.

Volví con Kiki. 

Luego quise volver y ayudarlos, ignorando ese malentendido, pero me he dado cuenta que no puedo, que mi amor por ellos me duele y que sus problemas me afectan demasiado, me sigo haciendo daño si estoy cerca de ellos. 

Kiki no me daña, no me desespera, no lloro sin motivo por él. Le tengo la cantidad de afecto justa para vivir tranquila. 

jueves, 27 de enero de 2022

Xuli

 - Algo tendrás que saber, vives con ella.

- De porque nunca ha querido casarse, ni idea Lupe, si ni ella misma sabe.

- Pero al menos le hablarás de Jay? Es un buen chico, además, no es mexica. Se que los iroqueses son bastante matriarcales, sus matrimonios son mucho más fáciles de disolver y en general, respetan más a las mujeres. 

- Lo intentaré, no prometo nada.

- Xuli, Ix zhal me preocupa.

- Ixii está igual que siempre, los que te deberían preocupar son Kaan y Huitz.

- Que les pasa?

- Todo! No están bien. Claro, Quicré no te lo cuenta, está celoso de Kaan.

- Porque dije que iba a ir a un pinche concierto!? Iba porque me gusta la música,  porque es mi hermano y porque no le conozco en real, quiero ver cómo es.

- Está celoso porque Kaan y Huitz no se llevan. Estaban más o menos bien pero de pronto comenzaron a discutir. Ahora vieras como se pelean, es un escándalo. Y hace unos días estuvo claro para todos que se estaban echando a la cara mutuamente que te extrañaban a tí. Luz esto, Luz lo otro.

- La pucha  Y qué hago?

- Por comienzo, ni se te ocurra ir a ese concierto.

- Y luego? Crees que se calmen y se arreglen solos? Tal vez están pasando una fase. Siempre han estado juntos y se quieren, seguro estarán bien.

- Esperemos sea una fase. Pero tú, mejor tampoco te aparezcas por el rancho del Tecolote.

- Y como que cosas se gritaron?

- Jajaja, no manches. 

viernes, 7 de enero de 2022

Pablo no, Kiki si

 - Lu, la mamá nos ha invitado a la nación iroquesa, para presentarnos al Bojan.

- Quien es ese?

- Si cachay, el búfalo, el papá del Jay.

- No manches, no quiero saber nada de ese señor.

- De la mamá tampoco querí saber nada?

- No, tampoco. No la perdoné. Que haces tú hablando con ella 

- Porque es mi madre, po. Nuestra madre. El Ah Puch no es tu papá, el Tlecuh es tu papá, también deberías tratar de conocerlo.

- Ese señor es el que no me quiso conocer a mi. No tengo nada que hablar con el tipo, Pablo.

- No. No, Pablo no. Pablo es que no me quieres, que me quieres castigar.  Yo le dije ya al Tlecuh que la cagó contigo, que lo tiene que arreglar, pero ya está bien, es un hijo de puta,ya. Pero la Cihua, no te puedes poner del lado del Ah Puch y no escucharla a ella.

- Ella fue mala con él. Nunca le quiso, siempre le engañó.

- Y tu sabes lo que sufrió ella? Atada a ese monstruo.

- Que te dije que mi papá no es monstruo, Pablo?

- No, ya no más. La mamá quiere verte, le importas, le importa tu perdón y necesita verte, porque todo lo suyo es para ti.

- Que cosa?

- Está casa, el bosque, las cuevas, es de los dos. Pero tú sabes que debajo tiene un Inframundo. Ese no lo puedo llevar yo, porque es de pura energía femenina. El Cihuateteo, el lugar de las mujeres guerreras, las que murieron durante el parto. Y el puesto de líder de las Tzizimime las guardianas del Cihuateteo es para ti.

- No me interesan sus webadas.

- Sabes que las Tzizimime son todas de la sangre de Coatlicue, tu naciste con las alas y la cola de serpiente, acaso no se te ponen los ojos negros y ves todo en infrarrojo? Tu naciste para el puesto. Tus otras hermanas no les pasa eso.

- No voy a ir. 

Quicré se tiró al suelo a mis pies, hecho un mar de lágrimas.

- No la entiendes, ella estaba sufriendo, tanto tantísimo tiempo. Era tan profundamente infeliz. Y ella incluso se quiso quedar y luchar por el Ah Puch, al final. Pero yo le dije que no. Así que si te vas a molestar con alguien, que sea conmigo. Le dije, mamá que haces, por fin pasó por lo que rogaste. Tú nunca lo quisiste, vete. Te quieres quedar ahora por orgullo, para que no digan que la mosca muerta de Metzli te ganó. Que la Metzli que era una mucama, le ganó a la Cihua que era una princesa. Busca a alguien que alguna vez te quiso y rehaz tu vida. El Tlecuh no, que eso nunca fue de verdad.

Lo mire ahí suplicando por ella, llorando por ella y supe porque era su hijo favorito. El nunca la juzgaria, estaba dispuesto a defenderla de todo a capa y espada. Adoraba a la Cihua.

- Que haces ahí tirado como un idiota?... Kiki?

Se le iluminó el rostro se puso de pie de un salto y me abrazo y me besó.

- Si, si, Kiki si. Kiki sí. 

- Lo voy a hacer, vamos a ir a la nación iroquesa, pero solo para que ya no llores.

- Gracias, Lu. 

- Kiki, si yo me enamorara de alguien y me quisiera ir con él, también me puedo ir así nomás?.

Hizo un largo silencio.

- Vale, pero no cualquier imbécil. Te tiene que amar de verdad, y su forma de amarte debe hacerte feliz, no daño. Osea, debe quererte bien, y tratarte bien y asegurar que te tendrá como una reina para siempre. En resumen, como te queri yo, sino no.

- Eres tan fome, Kiki. Tan penca fome.

- Si lo sé, lo siento.

- No es tan malo. Me podría acostumbrar.