Fui a buscar a la Daya, porque de últimas, es mi mamá y a quién más le pregunto.
- Ya supe lo que le hiciste a Kesh.
- Te lo contó él?
- Nos estamos yendo. Espero que no quieras detenernos.
- Ustedes son mis hijos, no los voy a dañar para obligarlos a quedarse.
- Porque a la mayoría de tus hijos les nace quedarse a pesar de lo que les haces.
- Pero tú eres adoptada y le convenciste de largarse.
- Hubo otro que huyó antes. Le ví en un sueño. Eran una pareja que me recordó a nosotros. Emir y Triana.
Daya me miró sorprendida
- Cómo sabes de ellos?
- Emir es hijo tuyo y de Ammón. Es idéntico a Kesh, porque es su padre. Te tirabas a tu hijo, que es hijo tuyo con tu propio hijo. Nunca escuché tanto descaro desde Enki.
- No los perseguí yo, si eso es de lo que me culpas. Ese fue Ammón. Cuándo se dió cuenta que Kesh no era su hijo, le puso precio a la cabeza de Emir. Hubo sicarios persiguiéndolo, a él y a Triana, que le amaba y le siguió.
- Y sabes dónde fueron a parar?
- No lo sé. Se esconden de mi, nunca los volví a ver. No sé siquiera si están vivos.
- Lo están, porque fue el mismo Emir que me mandó un sueño con su historia para decirme que están bien y que vayamos con ellos.
- La única pista que te puedo dar, es que pueden haber ido a buscar al padre de Triana.
- Y quien es él?
- Exactamente, El. No te puedo obligar a que te quedes aquí, pero tampoco te voy a ayudar a que te vayas llevándote a Kesh.
- Lo dices como si lo estuviera secuestrando contra su voluntad.
- No. Tenía que haber sabido que podía pasar. Te amó siempre. Es sólo que pensé que jamás le corresponderías.
- Estás bien segura que ésta es la primera vez que le correspondo y me fugo con Kesh, Daya?
- Ya no confías para nada en mí. No me paso la vida borrándote la memoria Lucita.
- Ya jamás sabré si eso es verdad. Pero en fin. Encontraré a Emir, adiós Daya. Te agradezco que me criaras y lo bueno que hiciste por mi. Pero cómo manejas tu familia como si fueras una abeja reina, en serio me supera.
- Al menos te diste cuenta, que no lo hago de loca, ésta es una estructura de colmena y así es como se maneja.
- Adiós entonces, mi reina.
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