GATO PERSA, LA MUCA INSANA



miauuuuuuuu

domingo, 12 de enero de 2025

Miriam y Quele

 - Miriaaaam!

- Hay pero que te a pasado??!!!

- Me notas algo diferente?

- Te han hecho algo, mi alma!

- Pero yo no siento nada. He pasado todo el día y me siguen gustando las mismas cosas, y la misma música y me veo completamente igual. Yo pensaba que cambiaría mucho y casi no me podría reconocer. Estoy paranoica Miriam! Estoy alucinando con que tal vez la que se murió fui yo y no ella!

- A ver, a ver, que no voy entendiendo. Que tú estás igual que siempre, pero algo te han hecho y se nota, porque esa aura pesá oscura que te rodeaba ya no está. Quién se murió?

- Cómo dijiste en las cartas en nochevieja, mi hermana Pocahontas, el día que la separaron de mi, no es que se murió, es que la mataron!

- Pero como ha sido eso?

- Yo estuve inconsciente, le pregunté a Kesh pero dice que desde dónde estaba no pudo ver mucho, solo luces y ruido, y en un momento sí, vió un ave rapaz  como de vapor y sombra, y que sus mirada era de odio, pero antes que se condensara, ya Nigghizida la había destruído.

- Qué terrible!! Pero tú estás bien. No te entriztescas cariño, que eso ni era persona ni era ná, era un bicho malo que te hacía daño.

- Supongo que tienes razón, en realidad no me entristece eso. Me preocupa no sentirme distinta. Durante mucho tiempo pensé que yo era la malvada. Lamentaba ser deplorable, viví consumida por un odio irracional hacia mí misma y unas ganas de autodestruirme. De no merecer nada bueno, y buscar castigarme, no sabía muy bien porqué. Y miedo. Miedo de mí misma y de lo que podría llegar a hacer. 

- Conocí esa mujer. Y siempre pensé que en ese tiempo no habías sido tú misma. La Lucita que conocí y casi que crié no era como esa bruja llamada Lucía. Te han sacado el mal, mi niña. No te angusties más.

- Pero además tengo otro problema. Dime Miriam, cómo vives tan tranquila rodeada de la podredumbre de este berenjenal?

- De qué me estás hablando?

Y llegó Quele, su hermano marido, mi gato gitano favorito.

- De qué están hablando, las dos?

- De Daya, Quele. Y tú sabes, de hecho que sabes. De lo impropio de Daya y tus hermanos.

- Como impropio que no me estoy enterando de nada?!

- Cuéntale Quele si estoy en lo incorrecto, que lo que hace con Antonio, en realidad lo hace con todos. Y desde hace mucho tiempo!

- Con todos no! Aquí, excepción. Respondió Quele. Ya te dije yo siempre que a mí mi madre no me quiere.

- Y afortunado tú entonces, Quele! Le dije yo.

- A ver, cómo es eso?! Que con todos sus hijos?!

- Los que le parecen guapos, sí. Pero cómo verás aquí, muy poco de eso. Señaló Quele, haciendo un gesto con la mano sobre su cara.

- Pues va ser bendición tuya y fortuna mía que no le guste tu cara. Feo pero bueno, y sobretodo, mío. Dijo Miriam.

- Pero Kesh sí está guapo, verdad Lucita? Entendió Quele.

Bajé la mirada y asentí.

- Pero de dónde sacas tú eso, Lucita mía?

- Lo sospechaba y se lo sonsaqué. Me lo terminó confesando todo.

- Pero mi bien, Kesh no es Antonio. 

- Si lo sé bien. Lleva 3 días llorando desde que lo descubrí, se muere de la vergüenza.

- Todo el mundo sabe lo que es Kesh. Que es un cacho pan! 

- Sí. Comenzó cuando era niño. Tendría que considerarlo una víctima.

- Pero obvio que es una víctima.

- Pero luego porqué se quedó? Es porque le agarró el gusto. Se pudo haber largado lejos, como Nash.

- Nash se fué por eso?

- No me consta, pero qué más puedo pensar?

- Y entonces que has pensado?

- De arranque le dije que no era su culpa y que lo íbamos a enfrentar quedándonos juntos aquí. Ahora ya no estoy tan segura.

- Entonces lo vas a abandonar?

- El me dió la mano y me sacó de un lugar de dónde no podía salir yo sola, por más que sabía que era incorrecto y me hacía mal. Si no fuera por Kesh yo seguiría allá rogándole que me quiera un poco a Kaan. 

- Entonces que harás?

- Trae tu baraja Miriam. Que las cartas me digan lo que hacer.

Miriam trajo su baraja, la mezcló y la partió en tres. Escoge.

Escogí. Levantó la primera carta y la tiró a la mesa.

- Esto es un viaje largo, mi Lucita. Te vas a ir a vivir lejos, tal vez sin retorno.

- Y Kesh?

- Escoge. Escogí otro montón.

- Levantó la carta y la puso al lado de la primera.

- Acá está. 



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