Otis y Troy en Xolotlcan

- Tío Ningghizida!

- No puede ser, otra vez ustedes.

- Sabemos que nos amas! 

- Pero qué son esos?!

- Saluden, niños, es su tío Ningghizida.

Jay puso a Otis y Troy en el piso, las criaturas hicieron una reverencia.

- Esto no es un refugio para familiares.

- Son mis hijos!, dijo Jay.

- Tío Ningghizida, son sus hijos y el mayor tiene 7 años!

- ¿¡Qué?!

- Por eso vinimos tío, queremos que los revise.

- Y a Jay!

- Su familia y sus cosas me matarán del coraje.

- Nuestra familia, somos nietos de tu hermaaaanoooo

- Pero primero, tío, queríamos pedirle permiso para llevar a Otis y Troy dónde Xolotl, no los vamos a dejar, solo queremos ver si estando allá los podemos entender.

- Es interesante, está bien, iré con ustedes.

- Por la ciencia verdad? 😜 

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- Tío Xolotl! 

- Mis queridos muchachos, qué alegría tenerlos aquí. 

- Y Tepeu?

- Estoy aquí, mi hermosa Guadalupe... Y Jay. 

- Les presento a mis niños, son Otis y Troy. Saluden hijos, son sus tíos Xolotl y Tepeu.

Pero estaban temerosos y no dijeron nada. Sus caritas reflejaban miedo y tristeza, comenzaron a negar con la cabeza y hacer pequeños llantos.

- No...dejes... papá...

A Jay se le salieron las lágrimas y se apresuró a recogerlos y acunarlos en brazos.

- Jamás los dejaría! No, bebés, no los voy a dejar.

Las pobres criaturitas se seguían apretando contra él, lloriqueando mientras repetían " papá". 

Yo estaba conmovida y les hice cariñitos en sus lomitos. Me miraron. Otis se me quedó viendo y ladeó su cabecita.

- Mami?

- Discúlpalo, Lupita. Es que sus mamás... se parecían a tí. 

- A la Cihua, dirás.

- Otis, creo que pensó que la madre de Troy era su propia mamá que había vuelto. Ella jugaba con él, porque creía que era una mascota.

- Y ahora piensan que yo soy su mamá que volvió de nuevo?

- Lo siento.

Hice que Jay me pasará a Otis y lo cargué. 

- Soy Lupita. Perdóname bebé, no soy tu mamá. Pero puedo cuidar de tí, te gustaría eso? Y le di un besito en su carita peluda.

- Lupita... Se relajó y se formó en su rostro una leve sonrisa tierna.

- Lu...pi...ta? Extendía su cuerpecito rechoncho hacia mí Troy.  Jay me lo pasó también y también le di un besito entre los ojos. 

- Tus hijos me aman, ves? 

Jay se llevó una mano para cubrirse la boca y se largó a llorar un poco más allá.

Tepeu se me acercó, rodeando mi cintura con su largo cuerpo, me habló casi al oído.

- Eres algo tan especial, mi Guadalupe. Hay tanta dulzura en tí. Por eso, ella te hacía tanto daño. Hice cuánto estuvo en mí por protegerte de esa mujer, mi amor, pero me venció y te tuve que dejar sola con ella. Jamás me lo perdonaré. Pero eres más fuerte de lo que crees, porque la soportaste y ahora eres libre. 

- Gracias por todo lo que hiciste por mí, Tepeu 💓 

- Te quiero ver feliz. Y creo que deberías pensar seriamente en Jay. Solo venía a desahogarse conmigo contándome lo mucho que te ama y lo poco que te lo tomas en serio. Tal vez él sea por fin el correcto para tí.  

Jay regresó a mirarnos, y Tepeu terminó de deslizarse a mi alrededor y lejos de mi. 

- Nos vamos ya arriba, Jay?

Nos despedimos de Xolotl y de Tepeu y seguimos a Ningghizida de vuelta al castillo, hacia su... Laboratorio de experimentos 😰.

- Pero no los vas a pinchar ni conectarles cosas, verdad?

- Lo siento, Hiathawa, así funciona esto, es inevitable.