GATO PERSA, LA MUCA INSANA



miauuuuuuuu

sábado, 8 de marzo de 2025

Sunny

 Fui al traspatio a ver lo que había construido Jay para sus "niños".

Hay que ver que es industrioso. Había hecho una casita con camitas, comederos, puentes y zonas de recreación, con juguetes para que se distraigan, e incluso había desviado el riachuelo para llenar una alberca natural para que se bañen y se refresquen. 

- Un ingeniero eres, Jay.

- Iroqués que no sabe construir no es iroqués.

- Me encanta que seas un hombre que resuelve. 

- Qué es eso?

- Un hombre de verdad, cariño. 

- Te parece? Ni siquiera puedo tener hijos normales.

- Pero igual los amas, los cuidas y te haces cargo de ellos.

Avancé hacía las camitas, y saludé a Troy, no lo había visto hasta ahora, pero era igual al de mi otro sueño.

- Eres Troy, bebé? Lo levanté y lo acuné contra mi pecho, dándole cariñitos en la cabeza. Otis se desperezó y fué hacia mi alargando las manitos, como pidiendo cariñitos también. Lo levanté y les hice espacio a los dos entre mis brazos.

- Los abandonaron como basura. Con asco. A veces me las encuentro cuando hay eventos grandes de todas las tribus. Ni me miran. No han dicho nada, no por mí, sino porque se avergüenzan. 

- Estaban ahí, en la toma de mando de Keanu?

Movió afirmativamente la cabeza.

- Sunny, necesito que vuelvas a sonreír.

- Ahora no puedo, lo siento.

- Vamos dónde Ningghizida, algo debe saber sobre un caso parecido. Y llevemos a Otis y Troy para que investigue porqué son así. Y le preguntamos si los podemos meter al Xolotlcan un rato, a ver si hablan.

Lo conseguí, sonrió.

- Podría hablar con ellos? Tener una verdadera conversación?

- No sé si funcio...

Jay nos abrazó a los tres y me besó.

- Te amo. Gracias por no rechazar a mis niños, a pesar que tú sí sabes lo que son.

- Cómo se te ocurre que los rechazaría? Son tus hijos. Además, son adorables. Unas cositas, tiernas, hermosas... Cómo tú.

Lo miré y entendí. Jay tenía una herida de abandono. La Cihua lo había dejado botado también, como basura. Pero escondía esa herida con su sonrisa permanente y su actitud energética y positiva. Se lo dije, porque lo sentí por fin verdadero.

- Sunny?

- Qué?

- También te amo.


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