Fui a avisarle a mi papá de los planes matrimoniales de solecito. Estaba de buen humor, había salido a dar la vuelta con algunas de sus mascotitas y volvía a su pirámide.
- Papi, qué bueno que te encontré, están hermosos tus perritos, le dije, refiriéndome a sus monstruosos xoloitzcuintles casi tan grandes como Xolotl.
- Cómo estás, mi corazón. Mira cómo te quieren. En efecto, los monstruos esos se me tiraban de panza a que les haga cariño.
- A mi todos los animales me aman. Pero vine a comentarte una cosa, es que de pronto estos días puede que venga Jay con su papá el jefe Bojan a verte. Por favor, no los mates ni nada.
- Si ya no le hice nada a ese chico, sólo porque te encariñaste con él.
- Va a pedirte mi mano, papá.
- Y sí te quieres casar con él?
Moví afirmativamente la cabeza.
- Pues ya iba siendo hora. Aunque para el caso, todos aquí ya tienen asumido que es tu marido. Si ya le andas con tu hijo tecolote a cuestas y todo.
- No le iba a aceptar. De hecho, me negué varias veces antes.
- Si no estás segura entonces no lo hagas. Todavía me lo puedo comer.
- No!! Papá, Jay es mi rayo de sol. Finalmente entendí que el gran Espíritu me lo ha dado para resarcir un poco todo mi dolor. Sabes que yo puedo ver el Kushan Xuun? Y Jay también puede!. Toci nos dijo que ninguno de sus hijos puede verlo y que ya había perdido la esperanza de encontrar a alguien con ese don. El Kushan Xuun es el Gran Espíritu, y nos eligió a ambos. Son cosas que no se pueden ignorar, papá.
- Crees que él está destinado a tí?
- Lo está. Yo perdí a mi hermano mellizo, tu lo viste, lo mantuviste con vida apenas en su forma de serpiente.
- Lo hice por tí, mi corazón.
- Lo sé, si él falleciera del todo, me podría afectar de alguna manera. Pues, resulta que Jay, también tiene una hermana melliza que está irremediablemente perdida de manera similar.
- Eso no lo sabía.
- Ni siquiera él lo sabía. El caso, papá es que Jay es mío, y ya estuvo bueno de hacerme la mártir por el bien de los demás. Me lo voy a quedar.
- Entonces le diré que sí. Haremos una gran boda, pídeme el regalo que quieras. Sabes que si pudiera yo te haría mi heredera.
- Pero estoy maldecida y no puedes.
- Quédense a vivir en el Anáhuac, mandaré a hacerles un palacio, te puedo poner sirvientes. No te vuelvas a ir. Ya no soportaré que te vuelvas a ir.
- No me casaré aún papá. Le dije a Jay que me casaría el día que pueda hacerle un lazo.
- Eso puede tardar varias vidas.
- No te lo contó Metz? Hice el proceso rápido. En esta misma vida será, con suerte pronto.
- Qué dices, nena?! Arriesgaste tu gema para poder casarte pronto con ese hombre? Así tanto lo quieres?
- No pá, él arriesgó su gema para salvarme del fuego, así es lo que me quiere.
- Entonces es verdad! Éste es el que cuidará de tí por el resto de tu vida. Mi amada niña, lo más valioso que tengo, finalmente vas a ser feliz.
Si hubiera tenido ojos, habría llorado. Creo que lo estaba haciendo, a su manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario