GATO PERSA, LA MUCA INSANA



miauuuuuuuu

sábado, 26 de diciembre de 2020

Cuatro caminos

 hoy me di cuenta de una cosa curiosa, en la mitología maya se habla en el Popol vuh de 4 caminos, que se debe atravezar para llegar a Xibalbá. Son el camino rojo, blanco, amarillo y negro. Entre los mayas, estos 4 colores son importantes. El maiz de la zona maya, vienen en esos 4 colores; representan los 4 puntos cardinales, comenzando el ciclo en rojo que es el Este por donde sale el sol. Y también representan las razas o colores de piel de los habitantes de la tierra, pues los mayas, herederos de los olmecas, sabian de la existencia de las demás razas.Rubén le daba importancia a ese rollo, un disco de Tacuba se llama 4 caminos y su disfraz de zopilote era de esos 4 colores. 


Pues me acabo de dar cuenta que mis 4 esposos anteriores, eran los 4 caminos de los 4 colores mayas. Comenzando el ciclo con Rubén, raza amerindia, el color rojo. El segundo, Beno, es puertorriqueño, pero todo su trasfondo y mitología asociada es italiano, raza blanca, el color blanco. El tercero, Yoyo, yoruba, el color negro, y el cuarto Kato, japonés, el color amarillo. Superar los 4 caminos es el aprendizaje para llegar al Xibalbá. Pero luego parecía que se repetía el ciclo, Kaan, otro hijo de Ah puch, raza amerindia, color rojo. Pero no, así como en la mitología china y japonesa, existen los 4 puntos cardinales y el centro, entre los mayas también y Kaan, por su extraña condición del mitico hermafrodita, se identifica como el centro, donde todo confluye. Además de haber cumplido mi misión con la weba méxica, también terminé con mis caminos. Ni siquiera sabia lo que estaba haciendo.



viernes, 18 de diciembre de 2020

Andrek

Siempre era lo mismo con él. Nos peleábamos por alguna tontería y él terminaba aprovechando algún descuido mío para callarme la boca con un beso, y dependiendo del lugar donde estubiéramos, encontrar una habitación vacía para tirárseme encima. Yo apenas le daba dos o tres golpes con la mano en son de protesta y luego me dejaba llevar. Entonces dejaba de pelear, no solo con él, sino con el mundo entero, y me concentraba en sus ojos, su sonrisa y su pelo. A veces, por momentos, me parecía sentir entonces, que me quería, atisbarlo en sus pupilas. Pero no. Seguramente me equivocaba.

El podría irse o quedarse a dormir, pero al levantarse invariablemente diría algo cruel, que ninguniara cualquier sentimiento que pudiera haber en el aire, que redujera lo que acababa de pasar a otro revolcón sin importancia. Y yo, por estar a la altura respondería algo del mismo estilo, con ironía envenenada, escondería para mí cuanto le amaba. Porque mi amor por él me hacía débil, su víctima.

Era tan antiguo ya este ritual, que no recuerdo el principio, si yo ya era así, si me volví así por él, o él se volvió así por mi. O acaso los dos simplemente nos encontramos y chocamos. El nunca fue mi novio. Todas las veces que lo encontré fue mi amante. Era como la droga y siempre terminaba enganchada a él. A esa forma de vida toxica que era odiarle y amarle a partes iguales. Yo habría dejado a cualquiera por él, pero él nunca dijo que me quería. Yo asumía que no. Que le gustaba jugar conmigo y romperme el corazón por deporte, que él sabia de mi amor porque era indisimulable, en mis ojos, en mis labios y en la punta de mis dedos. Que volvía a buscarme para divertirse de lo chistosa que era esa pobre mujer tan enamorada de él pero que nunca lo admitiría.

Fue con el tiempo que se formó una costra en mi corazón, que levanté una barrera para que su desamor no me dañara, pero la terminé usando contra todo el mundo. El también cambió, pero por el contrario, su barrera se fue cayendo. Hasta que un día, pero de una manera mezquina, pidió mi mano en matrimonio. “Te haré el favor de casarme contigo”. Pero yo le rechacé, le amaba más que a nada, pero no podía confiar en él. Entonces él se dio cuenta de que estábamos dañados para siempre.

Y ya ni siquiera sé si lo hizo por él o tal vez haya sido el único acto de amor que hizo por mí. Pero un día se largó. Rompiéndome el corazón como siempre. Se casó con otra y se fue lo mas lejos que pudo, a donde no me pudieran llegar noticias de él. Para que fuera libre, para poder sanar. Para reconstruir los pedazos de lo que queda de nuestras vidas. El volvió al elemento al que pertenece con la que siempre debió haber sido su mujer.

Y yo, le agradezco que se fuera. Le agradezco que nos hiciera a ambos ese favor.
Aun hay días que le extraño. Aún su nombre es mi mantra para cuando tengo ansiedad. Aun puedo sentir como se quiebra algo en mí cuando le recuerdo.

Pero sí, volvió después de varios años, hace poco a hablarme desde donde está ahora, a decirme que pensaba volver. Solo. Dejando a su mujer allá. Estaba jugando conmigo de nuevo? Quería ver como reaccionaba, qué le decía?. Yo estaba bajo el embrujo de los dioses méxicas y vivía por esos días adorando el suelo que pisaba Kaan. Así que le respondí que bueno, bien por tí, como si se lo dijera a un conocido que realmente no me importa.

“Supe te casaste de nuevo” me dijo. Como se puede enterar de mi y yo no de él? Le hablé 4 cosas de Kaan como si hubiera encontrado al verdadero amor de mi vida, príncipe de mi existencia, sol de la creación. Y esa fue la última vez que supe de Andrek.

Espero que seas feliz. Maldito cilophyte.

lunes, 14 de diciembre de 2020

El plan B

 -Tecolote...

-Que pasó?

-Supiste lo que hizo tu esposo verdad?

-Lo que no hizo más bien. Traspasarme a Quicré.

-No te preocupes, aguántalo un poco. Ten las gemas una vida con él y cuando ya no sea necesario, déjamelo a mi, yo te libraré de él.

-Que tú mismo vas a matar a Kaan, en cuanto ya no lo necesites?

-Si quedas viuda tampoco necesitarás un traspaso, así que si no te gusta Quicré no tendrás que ir con él tampoco.

-Me solucionas la vida, papá, siempre tan bueno conmigo.

-Es lo menos que puedo hacer por tí, mi corazón. Te he hecho pasar por todo esto, tengo que sacarte también de ahí.

-Eres un caballero, papá. Pero te explicaré que, no supliqué tanto por la vida de Kaan para dejar que lo mates después. 

-Pero si se pone terco, es lo unico que se puede hacer. O puedes convencerlo de que la tontería esa que se le ha metido en la cabeza es mentira.

-Qué tontería?

-Que en el fondo lo amas. Dime Lupita, no es ridículo?

-Papá, la verdad es que sí lo amo. Pero si no funciona, vamos a dejar lo tuyo como plan B.

viernes, 11 de diciembre de 2020

El maldito Kaan de mi corazón

 Y entonces la vil serpiente del Edén dio el mismo argumento que Ah Puch y Azotl cada uno en su tiempo.

-Y quién más se casaría conmigo alguna vez, no ves que soy un monstruo?. Lo siento, pero no la entrego, ella es mía. Nuestra.

Y aunque ya lo había prometido y hecho un trato que se cumplía mañana, ya no se movió de ahí, la malvada criatura.

-Ya abdicaste, quedándote con ella no lo arreglas. No vas a heredar nada, porque aunque seas el mayor, no se sabe ni lo que eres, maldita... cosa. 

-Sabes qué? Métete tu Xibalba por el culo, Calavera!. Me vale 3 hectareas de verga. Pero porqué le tengo que dar mi mujer y mis hijos a ese mapuche? Ella nos ama, dice que no, pero lo he visto en sus ojos. Ella es capaz de perdonarte después de lo que le has hecho y organizarte el matrimonio con Meztli. Y también es capaz de amarnos, a Huitzin y a mí y de matar por nosotros a cualquiera. Cómo la vamos a dejar ir? 

-De qué estás hablando?

-Preguntale a ella si por el mapache también mataría a alguien o no. Me da que no. Ella ya no está embrujada. Así que todo lo que dijo ese día era verdad. Sí la iba a dejar ir, porque pensé que me odiaba y me tenía asco, pero como no es así, no la traspaso al mapuche una mierda.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Mi Huitzin

 Estaba volviendo de un breve paseo por los alrededores de mi casa onirica cuando lo vi de nuevo ahi, entre los árboles de mi jardín. Mi serpiente del Edén otra vez en el mismo lugar donde lo conocí. Parecía haber estado esperandome ahi hace horas.

Pensé correrlo a gritos, cómo se atreve?! Ya no tienes poder sobre mí, ya no me conmueven tus ojos, tu voz ni tu sonrisa. Ya no me importa si te mueres mañana. Ya no hay nada en tí que sea mi debilidad. Abrí la boca para decirselo, pero me había equivocado.

Desde el centro de la galaxia, la conexión que me vincula al corazón de mi princesa colibrí rebotó en mi cabeza, aún sigo entendiendo sus palabras en mi cabeza, acaso se quedará así o también se esfumará con el tiempo? Y me había equivocado, porque ella es justamente lo unico de él que aún me conmovía.

Kaan no habló, ni me miró siquiera, estaba derrumbado, hecho escombros. La voz de Huitzin llegó a mi cerebro con fuerza.

-Luz!!. Ayúdame por favor. me han hecho daño, Luz, sollozaba suplicante.

Y yo tuve que contenerme para no golpear a Kaan. Por ser tan descuidado, tan estúpido, por no haberla defendido. Por no haberse defendido. Porque, maldición, es que el cuerpo de él es el mismo cuerpo de ella,mi quimera de dos conciencias. Es que no puedo ni echarle la culpa... Lo abracé. El se puso a llorar, le abrí la puerta y lo dejé pasar. 

Y luego estuve todo el resto de la noche consolándoles y acariciando sus cabellos hasta que se calmaran y me lo pudieran contar todo. Y me lo contaron, menos quién diablos fue, porque saben que si me lo dicen, yo voy,lo encuentro y lo mato.Por los dioses que lo mato.