Esto fue poco después de que aceptara irme a vivir con Quicré a la que fuera casa de la Cihua. El me llamó al salón y tenía visitas.
Reconocí rápidamente a Kiedis, hace ya un par de años sabía que era hijo de Chicamac. Había comparado sus fotografías de joven con las de Cuahu a similar edad. Jodidamente parecidos.
A Jay también le reconocí fácilmente, llevaba el gorro peludo con cuernos, los ojos ligeramente achinados de la nación iroquesa.
- Señores, su hermana. Lu. Tus hermanos.
Jay avanzó y me abrazó como si me conociera de toda la vida. Que sonrisa bonita, una persona adorable, no había sentido tanta bondad y calidez desde cuando conocí a Hatti.
Kiedis me miró de arriba a abajo y se rió.
- Te recuerdo, Pocahontas.
- No me llamo así. Pero me acordé que Mateo también me llamaba así.
- Soy mayor que ustedes y casi te puedo recordar, a Kiki y a ti, de sus primeras vidas.
- Le llamas Kiki también?
- Yo le puse Kiki! Que nombre mexica es ese que tiene, jamás me lo pude aprender. Y a ti te decíamos Lu, porque tu nombre mexica era una pesadilla.
- Dónde vivíamos?
- Con apaches. Tu madre, nuestro padre y nosotros 3, luego nació Cuahu. Tampoco es que tenga los super recuerdos. Pero luego vino el padrastro de ustedes y se los llevó. Yo regresé a la nación Haida con mi madre y no supe más.
- Porque vivías con nosotros?
- Ni idea. Pero padre tenía un plan de comprometerte conmigo y que te fueras a vivir a la nación Haida. Eso fue lo que me contaron. Tal vez querían que conviviera contigo para que te tomara cariño.
Quicré se acercó a mí y me rodeó con un brazo
- Si, bueno, pero al final nunca pudo ir con los Haidas. Dijo Quicré, mirándolo de soslayo.
Kiedis soltó la risotada.
- Kiki, Jay y yo nos morimos de sed, es que no hay cerveza aquí?
- Por supuesto que si. Deja Lu, ya la traigo yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario