El me tomó el interior de la muñeca, pensé que querías jugar un poco o ser cariñoso. Me olisqueó!
- Qué estás haciendo, Kaan?
- Nada.
- Me estás oliendo como un perro!
- Huitzin dice que estás oliendo a Quicré.
- Es feral esa niña, ya deja de darle carne cruda.
- Pero es verdad.
- Son animales ustedes?
- Porqué?
- No soy yo, es Pocahontas. Aprendí sola lo de subir y bajar, es fácil.
Se molestó, me comenzó a mirar con reprobación mientras negaba con la cabeza.
- Así comienza. No fue buena idea que te dejen escucharla, mientras no sabías que estaba ahí, estabas bien.
- Cómo bien? No estaba bien, había tantas cosas raras e incomprensibles de mí misma, que me volvían loca!
- Huitzin me dijo que esto iba a pasar. No está bien, no lo hagas.
- Habló el señor que se dejaba coger por otros tipos, porque su hermanita le decía. Kaan, hasta cuando ella quiso ser madre, le buscaste con quién y tuviste sus hijos. Te dejaste la piel por esa mujer.
- Justamente por eso te lo digo! Comienzas haciéndole un favor, luego otro, luego un poco más. Y te va arrastrando, te vas perdiendo en el proceso. Y no te puedes negar, porque está en tu cabeza, y porque te sientes feliz cuando la haces feliz, aunque te esté destruyendo. No comiences, Luz.
- No voy a dejar que eso pase, Kaan. Voy a estar bien. Tú tenías una debilidad por Huitzin, yo te entiendo. No es mi caso con Pocahontas.
- Cuando te despertaste y sentiste todo lo que Pocahontas había estado sintiendo, cómo te fué?
- ... Fue como... Si lo sintiera yo misma.
- Pocahontas te llevará lejos. Ella no te quiere con nosotros. Y si las terminan por separar, yo podría apostar que un día cualquiera, cuando menos te des cuenta, estarás en un trío, sí. Pero con Pocahontas y Quicré.
- No digas tonterías!
- Ahora dices que no y es la verdad, ahora nos amas a nosotros, todavía.
- Todavía y siempre. Qué sabes tú de lo que pasará.
- Porque Huitzin y yo somos precisamente los únicos que si sabemos cómo es eso. Ser una sola persona y luego ya no.
- No va a pasar.
Apareció nuestra Huitzin para unirsenos.
- Estaba visitando a mamá Toci. Qué pasó, están bien? Y nos hecho una mirada rápida.
- La hiciste llorar, eres una bestia, Kaan.
- Estoy bien, Huitz.
- Mi amor, tú no tienes la culpa, es esa bruja que te obliga a hacer cosas que no quieres, verdad? Yo también era así. Le hice mucho daño a Kaan. No estoy nada orgullosa de eso. Y lo miró con tristeza, como pidiéndole perdón. Kaan le tomó la barbilla y le dió un piquito, asegurándole así que no le guardaba rencor.
- Es cierto Huitzin, no vamos a hacer más problemas por eso, Luz no tiene la culpa.
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