GATO PERSA, LA MUCA INSANA



miauuuuuuuu

sábado, 28 de diciembre de 2024

No es broma

 - Chicos, hay que hablar.

- De qué? Es sobre lo de Pon?

- No, es sobre nosotros, Huitz.

- Que pasa con nosotros?, preguntó Kaan.

- Yo lo estuve pensando, y he decidido... Dejarlos.

Las sonrisas se les borraron y me miraron sorprendidos. Kaan abrió la boca para decir algo, entonces cambió de expresión, se relajó y se mató de la risa.

- Huitz!! Es día de los inocentes!

- No te creo!! Pero cómo eres malvada, Luz!! Casi me morí!!! Qué cruel! Dijo Huitzin en algo entre reírse y llorar.

- Mi amor, casi nos matas del susto, me dijo Kaan, sonriendo juguetonamente, pero se dió cuenta que yo no estaba riendo.

- No es broma. Estoy hablando en serio. 

- Cómo que nos vas a dejar?!!! Se paró Huitzin a revolotear por toda la sala en desesperación. Pero si estamos bien!!! Mejor que nunca! Te acabas de divorciar de Quicré !!!

- No estamos bien. O por lo menos yo.

- Qué necesitas, Luz? Qué te doy? 

- Nada, Huitz. No me puedes dar nada mejor de lo que ya me das. Ese es el problema. 

- Estás molesta con nosotros por lo del otro día, que nos preguntaste del real? Perdónanos. Hicimos mal. Kaan?! Haz algo?! 

Kaan seguía de piedra en silencio, procesando.

- No estoy molesta con ustedes, mi amor, no podría. El es tuyo. Tú eres su esposa. Yo no soy nada. 

- NADA!!!?? Cómo nada?! Irritada por la falta de reacción de Kaan, se fué contra él, con pequeños golpes. Pero qué haces ahí de inútil, dile algo?!! 

Por toda respuesta, Kaan la rodeó con los brazos, en un abrazo que era más bien una prisión para contener su rabia. 

- Huitz. Luz tiene razón. Tenemos que dejarla ir, sino no será feliz. Perdón mi amor, no sabía que te sentías así. No sé cómo no me dí cuenta. Kaan, bajó la cabeza, y lloró. Sin soltar a Huitzin que al escuchar lo que dijo se terminó de quebrar en un lamento que era casi el de un animal.

Pasó un rato hasta que ambos se calmaron. Yo también lloré muchísimo. Kaan aflojó los brazos alrededor de Huitzin y se sentaron.

- Y ahora, qué vas a hacer, Luz?

- Todavía me tengo que quedar en el Anáhuac por lo de Pon.  Estaré en la casa que era de Quicré.

- Está bien. Cuando te irás?

- Ahora mismo.

Kaan movió afirmativamente la cabeza varias veces, como entendiendo que ya era algo decidido y cerrado.

- Tienes que avisarnos cuando te vayan a separar de Pon. Queremos estar contigo.

- No es necesario, estaré bien. 

- Estarás muy débil, necesitarás que alguien te cuide.

- Ya veré cómo me las arreglo.

Huitzin fue a sentarse a mi lado y me miró a los ojos.

- Yo te voy a cuidar, Luz. No era una pregunta, ni una sugerencia.

- Les avisaré.

No los quise abrazar, porque si lo intentaba no me iba a poder ir. Solo levanté la mano y les dije adiós. 

Y me fuí.

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