GATO PERSA, LA MUCA INSANA



miauuuuuuuu

jueves, 30 de enero de 2025

Tepeu

La nación iroquesa es un remanso de paz. O lo que es igual, no pasa nada, es pinche aburrida. 🤣😝 Pero mi casa había sido terminada, lo que condujo irónicamente a acercarnos más a Jay y a mí. Y también contribuyó a qué todo el pueblo se enterara que estábamos cogiendo, porque ahora nos la pasábamos entrando y saliendo de la casa de uno a la del otro y haciendo cosas no tan decorosas en los trayectos. Pero lo importante es que ya no le estaba ocultando cosas. Así que le pregunté.

- Jay, tengo que ir a ver a Ningghizida.

- Quién es ese?

- Nuestro tío, o mejor dicho, es tío de mamá, es el que está reemplazando a Quetzalcóatl.

- Para qué?

- Es el que me sacó a Pocahontas. Yo sospecho que había alguien más 

- Otro parásito?!

- Sí. Y quiero confirmar si es verdad. 

- Te puedo acompañar?

- Yo creo que sí. Sí, no quiero ir sola, ven conmigo.

Y esta vez si recordé el camino y llegamos al castillo del Quetzal y encontramos a mi tío Ningghizida, él no parecía sorprendido de verme.

- Hasta que te animaste a venir, Guadalupe. Estás lista entonces para verlo?

- A ver a quién?

- Pensé que Ah Puch te lo había contado y que habías venido justamente a visitarlo.

- A quién visitaría si tú mataste a Pon?!

Ningghizida hizo un gesto de desprecio, como si haber matado a Pon hubiera sido deshacerse de un bicho. 

- A tu hermano. Pobre criatura. Estaba en un estado de animación suspendida. Posiblemente estuvo así años de años. Tu padre se compadeció de él y le dió energía para sacarlo de ese estado, lo tuve en observación varios días y finalmente, revivió. Claro, no puede ser un humano, pero vivió. Lo mandamos con Xolotl.

- Entonces sí es cierto, él existía!!

- Porqué no te lo dijo Ah Puch? 

- Me fui de casa, y estoy viviendo lejos ahora, pero si él hubiera querido habría encontrado la forma de decírmelo.

- Quieres verlo entonces?

- Sí, llévanos.

Recién Ningghizida reparó en Jay a mi lado, quien, creo que de los nervios, me había tomado de la mano.

- Este chico es hijo de Cihuacoatl, verdad?

- Soy Hiathawa, de la nación iroquesa, se presentó él.

- Puede venir, también es su hermano.

Y llegamos a Xolotlcan, el paraíso terrenal, sin humanos. Xolotl se alegró de volver a verme, se ve que no lo visitan mucho.

- No hay muchos reptiles aquí, tenemos lagartijas, caimanes, incluso iguanas. Pero serpientes, es el primero. Deberías ponerle un nombre, tu padre no lo hizo. 

- Tepeu. Su nombre es Tepeu.

- Pues conócelo.

Y fue así que al fin lo ví. Una hermosa serpiente verde esmeralda cuyas escamas brillaban con reflejos nacarados. Del tamaño de una persona. Allí en Xolotlcan, la única en su especie. Este sí que era la serpiente del jardín del Edén. 

Tuve algo parecido al miedo, me abrumó la idea de escuchar su voz. Pero era aguda y suave, como la tienen todos los hijos de Ah Puch.

- Lu... pi...  ta.

Me derrumbé, me acerqué a él y me senté en el piso a su lado, y dejé que reptara entre mis manos, por mis hombros, como si fuera un abrazo. 

Xolotl habló:

- Todavía no se comunica bien, ya sabes, necesita práctica. Pero está tranquilo aquí, ya que no es humano, la maldición de tu padre no lo corrompe, él estará bien.

Jay se acercó a levantarme, me puso sobre mis pies con delicadeza.

- Lupita, vámonos ya a casa.

Pero yo no le hacía caso, estaba hipnotizada por el vaiven de la serpiente. 

- No me voy a ir.

- A veces pasa, dijo Xolotl a Jay, a algunos les cuesta nada irse y a otros hay que arrastrarlos. Qué bueno que no vino sola, querido muchacho, llévatela. 

Jay no se hizo de rogar. Me levantó en peso y me llevó al hombro. Yo sólo lloraba mirando hacia atrás. 

- Vamos a casa, Lupita, descansa y estarás bien. 



viernes, 24 de enero de 2025

Kiedis

 - Lupita, porqué te paras perdiendo, dónde estabas ayer?

- Tenía que hacer algo importante, Jay. 

- Ya, pero siquiera me hubieras avisado. Me preocupo cuando no te encuentro.

- De pronto ya te estoy fastidiando? 

- No! Lo último que haces es fastidiar. Sólo me gustaría que si tienes problemas o algo en que te pueda ayudar, me lo contaras.

No le estaba contando nada a Jay, ni cómo me estaba sintiendo por la ausencia de Pon, ni porqué me largué de Xibalba, ni porqué me pelié con Daya, tampoco le dije a dónde me fui ayer, ni lo que hice. Quiero mantener esto lo más ligero y casual posible. Nada serio, solo buenos polvos y nada de problemas.

El problema es que él ya se estaba mosqueando un poco de la falta de diálogo. Pero nosotros no estamos para hablar, mi niño, estamos para pasar un buen rato.

Hice lo que procedía en estas situaciones. Me lo tiré pa que se olvide y se le pase la contrariedad. Es mejor que la sertralina, te quito el stress y tú el mío.

Luego él se quedó en la casa, arreglando su palo de Lacrosse y yo salí a asomarme a la entrada, a ver los chicos que jugaban afuera. Estaba concentrada en eso cuando me pasaron la voz.

- Eres tú Pocahontas?! Qué haces por acá?

Era Kiedis. Me molestó su presencia. Otro pinche hijo de Chicamac.

- No me vuelvas a llamar así!! 😤 Mi nombre es Lupita! 

- Porqué la violencia? Sabes que te lo decía de cariño.

- Jay! Ahí te busca tu mugre amigo! Y abrí la puerta para que Kiedis pasara.

Jay salió a ver. Me miró con cara de qué te pasa?! Yo seguía con cara de culo, pero reaccioné.  Kiedis nunca ha sido nada más que amable y buena onda conmigo.

- Perdón, Kiedis, no estoy bien. Sorry.  

Le dí incluso un beso en la mejilla y me metí a mi cuartito.

- Está loca?! 😅 

Escuché que pasaron y comenzaron a hablar bajo.

- Está viviendo contigo, Jay? Dime qué sí te la estás...?

- Shhh! 

Debe haberle dicho que sí con la cabeza, porque siguieron muchas risas y expresiones típicas de hombres.

- No sé que tanto le pasó en Xibalba, porque vino a pedir refugio aquí, y tiene que haber sido malo, porque no es ninguna fan de mamá, ella es muy apegada a su padre. Y cada vez que quiero que me cuente algo, me cambia de tema y se me tira encima. 

- Qué terrible tu vida, Jay. Una mujer no quiere que la escuches, sólo que te la cojas. 

- No es chiste, Kiedis . Ya me está llegando que me trate de su juguete sexual. No me toma en serio. 

- Quieres que te tome en serio? Tómalo como viene, disfrútalo. 

- Tampoco sé que tan mal quedó con Quicré. Y creo que cuando te vió ahora se molestó porque se acordó de él. Y lo de Pocahontas, a mí me dijo que ya no la llamé así, pero a ti ya te lo dijo como si la hubieras insultado.

- Bro, si vives y te cojes una mujer, genial, es tu vacilón, si además te quieres involucrar emocionalmente con ella, es que ya te casaste Jay. Creo que ella está en un break, dale ese break, es mayor que tú, tiene muchos divorcios encima, relájate, que se quede contigo lo que necesite y luego déjala marchar.

- No me estás diciendo eso para agarrártela luego de rebote, verdad?

- Me ofendes, eh? Mi palabra de honor de thunderbird de la nación Haida, no me la voy a agarrar cuando te bote. 


 



jueves, 23 de enero de 2025

Mi viaje interplatanario

- Hattiiiii!!! Hattiiiii, cariñoooo! Saludé desde afuera.
- Es esa la Lucía?! Escuché la voz de Rosi.
- Yo que sé! Respondió Hatti, con voz de yo no tengo la culpa.

Se demoraron todavía en abrir y estaban todavía mal acomodados. Rosario aún sacudiéndose la falda se me hizo la digna.

- A pero a qué estás jugando tú, a los indiecitos?
Reparé en mi vestimenta típica iroquesa.
-Ah sí, a los indiecitos. Ahora vivo con nativo americanos.
- Bonito, Lucía. Allá te llevaste a Kesh? Mira que bombazo fue ése, que te volvieras a ir, no sorprende, pero que se fuera Kesh!!
- Qué bueno que me hizo caso y se largó. 
- No está contigo?!!!
- No, Rosi. Se fué solo.
- Pero porqué se iba a ir solo?!
- Para alejarse de Daya y del daño que le hace.
- Estás tú loca, si mi madre adora a Kesh!
- Lo adoraba demasiado, Rosi. Daya ama demasiado a sus hijos varones. Tú marido no es el único...

Se me quedó patidifusa un rato Rosario, pero ahí estaba el Hatti para contraatacar.
- Marido, qué marido, Rosi, tú me dijiste que te habías divorciado.
Rosario solo atinó a hacerme una mueca para que le salve las castañas.
- Ex marido, Hatti. Hablábamos cosas de los gitanos. Pero ahora necesito pedirte un favor es algo urgente mientras dura el puente planetario.
- Ah vale, que me invitas a irme, ya entendí. Todavía se despidieron de besitos volados y tonterías. Que no me vea yo así con el Jay por favor.

- Es un amor Rosario, Lucita. Gracias por enviármela.
(Yo no te envié nada, pero haré como sí para que me debas un favor)
- Necesito usar el puente planetario.El que lo está custodiando es...
- Ozu, sí lo conozco. Quieres pedirle permiso para cruzar el puente, dónde vas?
- A Europa Júpiter. 

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- Mire mi pana, el asunto es, ésta es mi tía, que el amor de su vida fue exiliado a vivir en Europa Júpiter y necesita verle una vez más para decirle algo muy importante sobre los hijos que tuvieron que también están allá. Y tiene que ser ahora, aprovechando el puente planetario, porque su familia se interpone y no los deja comunicar por otros medios.
- Y quién es el tipo?
- Andrés Calamaro, dije yo.
- Que Andrés Calamaro no está en la tierra?
- Tú igual de despistado que el Alejandro Sanz, Hatti. Andrek está en Europa Júpiter desde 2017.
- Andrek, el Juglar del Mar? Preguntó Ozu.
- Juglar del Mar, sí, había vidas que se hacía llamar así, cuando era pirata o vivía en las costas. Sí.
- Estuve por ahí y hay canciones, de un Juglar del Mar que era humano y llora su verdadero amor que se quedó en la Tierra. ¡¿A poco eres ella?!
- Supongo que sí. 
- Pero porqué no me lo dijiste así?! Si es una tremenda historia de amor!!! Yo mismo te voy a llevar!.

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Fuimos atravesando portales hasta llegar a este mundo de superficie helada. Estábamos en una construcción, que era como un centro de comunicación y/o abastecimiento, para que la gente del agua se comunique con la superficie.

-Tendremos que llamarlo y que venga aquí, es mucho más fácil. Transmite tu mensaje.
- Para Andrek, vine a verte, estoy en la central, de parte de Lucecita.
- Bien, lo retransmitiremos para que llegue a la ciudad submarina, y tú irás a esperarlo a una de las cápsulas. 

Bajamos en un ascensor y me hicieron entrar a una habitación que parecía más bien de visita de cárcel, con un muro y un vidrio que daba al mar.

Y ahí lo ví. Estaba tímido, porque odiaba la idea que lo viera en su verdadera apariencia, pero igual había venido. Se acercó a la ventana y apoyó la mano contra el vidrio.

- Mi Lucecita...

Y fue que lo entendí. Sentí que lo quería muchísimo, y que lo había extrañado. Pero esa pasión obsesiva, esa necesidad desde el fondo de las tripas, ese amor odio corrosivo y tóxico que me destrozaba la piel, qué cosa para más ajena, para más lejana.

- Andrek.  Te contaron algo sobre mí, mi familia mexica?
- No tuve ninguna noticia sobre vos.
- Éramos dos, siempre fuimos dos. Hermanas fusionadas. La mujer que te amó se llamaba Pocahontas, hija de Chicamac y Cihuacoatl. Era mi hermana parásito, vivía dentro de mi y algunas veces, tomaba el control. Ella es la madre de tus hijos, los 22. Ella era de sol y su totem era un gavilán, y si hubiera tenido un cuerpo propio habría sido la tzizimime heredera de la sangre de Coatlicue.

- No te entiendo nada. Qué dos? Qué otra mujer? Sólo te veo a vos!
- Andrek, mi hermana te amó muchísimo. No quise que muriera, tenía que sacármela porque me estaba matando ella a mí. No sentiste alguna vez que no me comprendías, como podía algunas veces actuar de formas tan diferentes? Tan bipolar, como si fuera dos personas distintas?
- Todo el tiempo. Todo el tiempo, y me volvía loco, pero aprendí a amarte, como fuera. La única mujer que amé de verdad.
- No era la única, siempre fuimos dos, Andrek. Yo soy muerte, hija de Ah Puch  y ella era sol, hija de Chicamac. Tus hijos Andrek, son de ella. Porque las hijas de Ah Puch somos estériles. Ellos son hijos de sol y mar. Disculpa que te diga esto así de pronto. Fue hace dos años que me comencé a enterar y mis hermanos me impedían ponerme en contacto contigo para contarte
- Yo te estoy viendo y sigo sintiendo lo mismo por vos. Más dulce... La Lucecita acogedora, tierna, reconfortante, la que me hacía desear no ser tan cabrón. La Lucecita por la que a veces quería cambiar.
- Debo volver, Ozu me está esperando para atravesar de regreso el puente planetario hasta la tierra. Perdóname Andrek, yo no maté a Pocahontas, fue Ningghizida. 
- Te amo.
Yo lloré, me partía el corazón no poder decirle lo mismo con la misma convicción. 
- Siempre te recordaré, Andrek. 

domingo, 19 de enero de 2025

Mi álbum de figuritas

 Mi primer día en la nación iroquesa fue bastante normal. 

Me instalaron precariamente en la casa de Jay. Vinieron hombres a arrimar los muebles de él para hacer espacio e instalaron un medio muro de separación hecho de caña o algo parecido y el resto una cortina de cuentas. Luego pusieron muebles para mí, una cama, un taburete. Me trajeron ropa, mocasines, abalorios, peines, espejos, adornos y varias otras chorradas. 

Se fueron y entraron las mujeres. Se presentaron como las hermanas de Jay. Eran 3, una era hasta mayor que yo, la segunda como de mi edad y la tercera un poco menor. No puedo recordar sus nombres, porque el idioma iroqués es una pesadilla. 

De hecho lucho para recordar el verdadero nombre de Jay, que es de los más sencillos, Hiathawa. Así lo llamaban ellas.

Me ayudaron a vestirme y peinarme,me hicieron trenzas y me pusieron cintas en el pelo. Estaban contentas de como quedé.

Te pareces mucho a la princesa, me decían.

"La princesa" es como todos llaman a la Cihua. Noté que lo decían con afecto y admiración, como si Cihua fuera buena persona.

Entonces corrieron la cortina y dejaron que Jay me viera. 

- Bonita!, dijo él con una sonrisa y me ofreció su brazo. Salimos hacia la casa larga comunal.

Los iroqueses viven en casas comunales. Son casas de madera muy largas con subdivisiones, y allí puede alojarse una familia entera de varias generaciones, los padres, los hijos, nueras, yernos, nietos, sobrinos. Así eran la mayoría de las casas, y además había una casa comunal central donde se hacen las reuniones y eventos.

Cuando Cihua fue a vivir allá, le pidió una casa propia al jefe Bojan, y como es una costumbre, no una norma, él la complació y le hizo una casa. Con ese antecedente, y por ser hijo de extranjera también, Jay aprovechó para hacerse una casa para él solo, y porqué estaba harto de sus hermanas, cuñados y sobrinos. Las 3 hermanas siguen viviendo juntas y son felices así. 

La madre de ellas sigue viva, pero volvió con su clan. Aquí la gente se casa y se divorcia de forma muy simple y amistosa. 

Cómo Jay estaba acostumbrado al bullicio de su casa comunal, en realidad alojar a una mujer sin niños no le representaba ninguna incomodidad. 

Y pues, entré a la casa comunal central del brazo de Jay. La gente se sentaba en semicírculos alrededor del jefe Bojan (que es un resumen de su nombre verdadero en realidad) y la Cihua. Las hijas del jefe traían comida y lo mismo hacían las otras mujeres con sus respectivos esposos y padres. Luego se sentaban y comían con ellos.

La Cihua estaba tranquila y se veía feliz. Ella misma tomó la jarra y le sirvió a su marido. El jefe bebió un trago y le dió un beso en la mejilla. La miré y ella se dió cuenta que ya estaba allí. No me lo podía creer. Al parecer la Cihua estaba enamorada y se estaba portando bien. 

Me presentaron a la gente, de una forma más informal que esa vez que fui con Kiki. Dijeron que me quedaría a vivir ahí y luego Jay me llevó a sentarme a comer con él y sus amigos. 

Fue una velada agradable y luego nos retiramos a casa.

Al día siguiente sus hermanas vinieron a buscarme y me llevaron con las mujeres, me preguntaron que me gustaba hacer y en qué cosas era buena y en qué tenía interés. 3 preguntas distintas. Les dije que me gustaba cantar y bailar. Que era buena para tejer y hacer artesanía y que me interesaba conocer todo lo que se dedicaban ellas. Les encanté y me dijeron que me enseñarían.

Y me la pasé aprendiendo cosas y así fue mi segundo día. Y Jay ni me pelaba el wey. Ni modo, pensé, no le gusto. 

Igual todos los días se reúnen en la casa comunal a discutir cosas y por educación hay que ir un rato. Allí fui y me senté con las hijas del jefe. Uno de los amigos de Jay que estuvo el día anterior se acercó a mi para saludar. Cómo que me comenzó a echar los perros, pero llegó Jay y sentó a mi lado, le echó una mirada y el amigo se multiplicó por cero. 

- No le hagas caso. ¿Cómo te fué hoy? Me saludó Jay, con una sonrisa.

Y el tercer día me fui a ver a Kaan, porque ya no soportaba la pensadera y necesitaba que me dijera si eso era normal. 

Cuando regresé me metí a mi cuartito y me puse a llorar. Ver a Kaan me hace mal. Fue mala idea ir allá.

Jay corrió la cortina y entró asustado.

- A dónde te habías ido? No estabas con las chicas, ni con mamá, ni por ninguna parte. Porqué estás llorando aquí sola? 

- Perdona por no avisar que iba a salir. No pensé que importaba.

- Qué te pasó? 

- Estoy bien, no pasó nada.

- Dime porqué huiste de tu casa, Lupita? 

Yo solo negué con la cabeza, no estaba con ánimo de largar todo ese rollo.

El se sentó a mi lado en la cama. De forma inconsciente comenzó a jugar con una de mis trenzas. 

- No quiero que estés triste. Qué puedo hacer para que te sientas mejor viviendo aquí?

- No lo sé, qué se te ocurre?

La mano que estaba en mi trenza ya estaba en mi cara, me secaba las lágrimas.

- Se me ocurre...

Tentativamente acercó su cara a la mía y se quedó ahí. Cómo no me quité ni hice ademán de rechazo continuó y me besó ligeramente. Cómo se lo acepté, me besó más fuerte. Cómo le correspondí, me metió la lengua. Paré para respirar.

- Pensé que yo no te gustaba.

- Me gustabas desde antes, cuando estabas con Quicré. 

-  No te parece que soy muy mayor para tí?

- A quién le importa? 

Me besó de nuevo, me recostó sobre la cama y buscó como se desataba mi vestido. 

Yo completé mi álbum de figuritas.





viernes, 17 de enero de 2025

La nación iroquesa

 Fui pues a pedir refugio a la nación iroquesa, con una mano delante y la otra atrás. Bueno al menos me fui arregladita para que no digan. 

Para que hagas la idea, la nación iroquesa en real eran un conjunto de 5 tribus que poblaban la frontera de EeUu y Canadá en la zona de los grandes lagos. 

En astral es bastante parecido, parece un western.

- Bienvenida Pocahontas... Qué te has hecho?!

- Jay, no me digas más Pocahontas, mi nombre es Lucita. Ella ya se fué.

- Ella?

- Sí, luego te cuento todo ese rollo. Pero quiero ver a mi mamá.

- Claro. Lucita o Lupita?

- La que más te acomode, Jay. Pero Pocahontas no.

Me llevó donde la Cihua y le pedí que nos dejara solas.

La Cihua me hechó un repaso de arriba a abajo, y sentenció. 

- La mataste a mi hija.

- Yo también soy tu hija! Y yo no la maté, fue el Quetzal. Ve y denúncialo a él a ver si puedes. A mí me engañó, nadie me dijo que podía pasar eso. Me dijeron que se quedaría a vivir en un lugar lindo, incluso me lo mostraron y hablé con Xolotl, me dijo que la tratarían bien y tendría amigos!!

Me miró de nuevo.

- No hay caso contigo. Ni siquiera me estás mintiendo para salvarte. Hiciste que golpearan a Quicré.

- Y porque ya te fué con el chisme seguro, haciéndose la víctima. Pero tú sabes lo que estaba haciendo todo el tiempo. Además yo no le ordené nada a Kesh, a él le nació.

- Y estás con ese turco?

- Ma, dejé a Quicré, dejé a Kaan y a Huitzin y encima también dejé a Kesh. Dejé a todo el puto mundo. Por eso estoy acá.

- Y qué quieres de mi?

- Necesito pedirte refugio aquí por un tiempo.

- No estabas bien en Xibalba?

- Ma, por allá no puedo estar por un rato, por eso me largué con Kesh dónde Daya.

- Y porqué no te quedaste con tu madre gitana?

- Por un rollo tremendo, pero nos peleamos y me tuve que ir de ahí para siempre. Ayúdame un tiempo, cuando esté mejor regresaré con papá, tampoco te pido que me soportes para toda la vida. No tengo dónde más ir.

- Hasta que me necesitas Lupita, y vienes no sólo a quejarte e insultarme.

- Me vas a dejar botada entonces?

- Y perderme esta oportunidad de ser una buena madre?  Aquí yo encontré paz, tal vez es lo que tú necesitas. Voy a llamar a Jay para que te haga compañía en lo que se lo explico a Bojan, pero no creo que haya ningún problema. Lupita, quédate todo el tiempo que necesites. 

Luego salió a llamar a Jay.

- Cariño, lleva a tu hermana a dar un paseo. Se va a quedar a vivir con nosotros.

- En serio? Genial! 👍 Entonces, sígueme por aquí... Lupita. Pero, dónde te vas a quedar.

- Le construiremos una casa, dijo Cihua. Pero por el momento, le darías un espacio, Jay?

Jay se encogió de hombros y dijo, bueno.

Cihua me sonrió de forma cómplice.

- Pero será solo por un tiempo.

Y se fue a buscar al jefe Bojan.

jueves, 16 de enero de 2025

El día de la verdad

Desde ese día en que me confesó lo de Daya, Kesh y yo habíamos seguido juntos, pero en stand by. Había pasado lo de Pon, y luego simplemente estábamos conviviendo como dos hermanos. 

Pero hoy era el día de la verdad, y le quise dar un chance. Y le hice el frutidelicioso como nunca se lo hicieron en su puta vida. Me dirás cómo, pobre noob, le superarías a la rufla más empoderada del mundo astral.

Porque Daya jamás dejó que Kesh tocara su nido ni por error. Yo lo saqué de virgen de alguna manera. Punto para mí. Pinche vieja culera, cuando él piense en el mejor polvo de su vida, pensará en mi. Y así lo dejé sedita sedita, para la conversación incómoda que íbamos a tener.

- Kesh, siempre no debemos ir a la nación iroquesa. Yo he tenido un sueño que me indicaba claramente que tú padre está llamándote.

- Entonces, siempre a Istanbul?

- No. Tú padre no está en Istanbul.

Otra vez ese monísimo gesto de confusión con las cejas.

- Cómo no? Ammón vive en Istanbul.

- Sí, pero Ammón no es tu papá.

Ahora el gesto era más grande, y a medio camino entre la confusión y el fastidio. 

- De qué hablas? Mamá toda la vida me dijo que Ammón es mi padre.

- Porque toda la vida te ha mentido. A mí el primero que me lo dijo fue Nash. Así es, Nash sabía y prefirió guardarse el secreto. También me hizo prometer que me callaría, pero eso no te conviene Kesh. La verdad te hará libre.

- No creo que mi madre y Nash me hubieran engañado toda la vida.

- Tu madre, la que nunca me dijo que yo era mexica, y me desmemorió las veces que hizo falta para que cada vez que lo descubría lo volviera a olvidar?

- Y quién según tú es mi padre?

- Ayer fui a ver a la Daya para decirle que nos íbamos y preguntarle por mi sueño. Tu padre es un lobo turco, su nombre es Emir. Y cuando Ammón descubrió que no eras hijo suyo, sino de Emir, lo quiso matar y hasta puso un precio a su cabeza. Emir huyó junto con una chica llamada Triana y fueron a pedir asilo donde el padre de ella, que es Yahvé.

- Eso te dijo mi madre?

- Cada palabra.

- Pero porqué me lo ocultaría a mi? Qué diferencia hace ser hijo de un lobo turco o del otro?

- Es que sí, hay un detalle que hace la diferencia. Y ese es el detalle por el que me costó reunir la fuerza para contártelo.

- Y cuál es?

- Que Emir era hijo de Ammón... Y de Daya. Es tu hermano mayor.

Nada. Se le desencajó toda la cara. No sé si era horror o asco o más probablemente una mezcla de los dos.

Se quedó un momento sentado en su mismo sitio con la mirada perdida. Creo que estaba sacando su cuenta de las implicaciones. Me miró y susurro.

- Soy incluso más repugnante de lo que creía.

Me acerqué a él y tomé sus manos. 

- De ésto sí que no tienes culpa alguna. 

Le sentó peor y se deshizo en llanto. Reconocí ese llanto, es el que tienes cuando sientes el más profundo desprecio hacia tí mismo y quieres acabar con todo de una vez. Nunca pensé escuchar ese tipo de llanto en otra persona que no fuera yo misma.

-Kesh, mírame. 

Pero no lo lograba sacar de ahí, no lo reconfortaban mis abrazos ni mis caricias. Me comencé a asustar. 

- Kesh, cálmate ya. Tú no tienes la culpa de que tu madre sea de lo peor y no sepa lo que es la vergüenza. Ella le hizo a Emir lo mismo que luego te hizo a tí. Y no escarmienta, porque ni siquiera se siente arrepentida. Seguirá haciéndolo tanto como pueda. Ésa es la Daya.

Kesh se fué calmando, de a poco como si su desprecio hacia sí mismo se estuviera trasladando fuera. Eso es, ódiala a ella. Te doy todo mi permiso de que la odies a ella.

- Dónde lo busco?

- Lo que sé ya te lo dije. Su nombre es Emir, se casó con una gitana llamada Triana, es idéntico a tí, alto, moreno, bien parecido, con esos ojos y esas cejas maravillosas que tienes. Debe vivir bajo la protección de Yahvé. Es tu padre, seguro le encontrarás fácilmente, mucho más si él mismo es quien quiere que le encuentres.

Y cuando lo hagas, no se compliquen, díganle a la gente que es tu hermano mayor y viniste a quedarte con él porque querías comenzar en otro sitio. No sería mentira.

- Me estás mandando solo, verdad?

- Lo siento Kesh. No puedo ir. Te amo muchísimo Kesh. Siempre serás mi hermano. Y el mejor amigo que tuve en mi vida. Y pude haber estado contigo y ser feliz. Pero ya sé demasiado sobre tí. 

Cuando estés allá y consigas una chica, y sé que la conseguirás pronto, porque eres guapísimo Kesh, deberías estar rodeado de mujeres peleándose por ti, pero seguro fue la angurrienta de Daya que te puso algo para repelerlas. Nunca dejes que sepa nada de tu pasado y estarás bien. 

Y sí no te vas, yo lo sabré, y sabré a qué te quedaste.

- Jamás. Me iré de aquí ahora mismo. Dónde irás tú?

- Dónde te dije, pediré asilo donde mi madre Cihuacoatl en la nación iroquesa.

No tuve tiempo de despedirme de Miriam y Quele, pero ella ya había visto en las cartas lo que iba a suceder. Sí nos fuimos los dos, pero no nos fuimos juntos.



miércoles, 15 de enero de 2025

Emir y Triana.

 Fui a buscar a la Daya, porque de últimas, es mi mamá y a quién más le pregunto.

- Ya supe lo que le hiciste a Kesh.

- Te lo contó él?

- Nos estamos yendo. Espero que no quieras detenernos.

- Ustedes son mis hijos, no los voy a dañar para obligarlos a quedarse.

- Porque a la mayoría de tus hijos les nace quedarse a pesar de lo que les haces. 

- Pero tú eres adoptada y le convenciste de largarse.

- Hubo otro que huyó antes. Le ví en un sueño. Eran una pareja que me recordó a nosotros. Emir y Triana.

Daya me miró sorprendida

- Cómo sabes de ellos?

- Emir es hijo tuyo y de Ammón. Es idéntico a Kesh, porque es su padre. Te tirabas a tu hijo, que es hijo tuyo con tu propio hijo. Nunca escuché tanto descaro desde Enki.

- No los perseguí yo, si eso es de lo que me culpas. Ese fue Ammón. Cuándo se dió cuenta que Kesh no era su hijo, le puso precio a la cabeza de Emir. Hubo sicarios persiguiéndolo, a él y a Triana, que le amaba y le siguió. 

- Y sabes dónde fueron a parar?

- No lo sé. Se esconden de mi, nunca los volví a ver. No sé siquiera si están vivos.

- Lo están, porque fue el mismo Emir que me mandó un sueño con su historia para decirme que están bien y que vayamos con ellos.

- La única pista que te puedo dar, es que pueden haber ido a buscar al padre de Triana. 

- Y quien es él?

- Exactamente, El. No te puedo obligar a que te quedes aquí, pero tampoco te voy a ayudar a que te vayas llevándote a Kesh.

- Lo dices como si lo estuviera secuestrando contra su voluntad.

- No. Tenía que haber sabido que podía pasar. Te amó siempre. Es sólo que pensé que jamás le corresponderías. 

- Estás bien segura que ésta es la primera vez que le correspondo y me fugo con Kesh, Daya?

- Ya no confías para nada en mí. No me paso la vida borrándote la memoria Lucita.

- Ya jamás sabré si eso es verdad. Pero en fin. Encontraré a Emir, adiós Daya. Te agradezco que me criaras y lo bueno que hiciste por mi. Pero cómo manejas tu familia como si fueras una abeja reina, en serio me supera.

- Al menos te diste cuenta, que no lo hago de loca, ésta es una estructura de colmena y así es como se maneja.

- Adiós entonces, mi reina.



martes, 14 de enero de 2025

Pinche cobarde de lo peor 😓

 - Mi amor ven, tenemos que hablar.

- No, por favor.

- Lo he pensado mejor y...

- Siempre sí me vas a dejar. Y se llevó las manos a la cara, mientras se golpeaba la cabeza contra la pared.

- A ver si dejas de hacerte daño! Ven y siéntate. Lo he pensado mejor y creo que no debemos quedarnos a vivir más aquí.

Kesh se acercó y jaló una silla frente a la mía. 

- Quieres regresarte con los mexicas?

- No. Yo no puedo regresar ahí. Y no porque me vaya a hacer algo Huitzin, ella ya se calmó. Es porque allí vive Kaan y yo no puedo vivir donde esté él. Así cómo tú no debes vivir donde esté Daya. Kesh,de lo que nos hace mal y nos cuesta desapegarnos, hay que huir lejos, por eso nos vamos.

- Entonces, dónde?

- He pensado que a Istanbul.

-  Istanbul? Yo no conozco más hogar que aquí, nunca fuí a Istanbul.

- Pero tienes derecho a vivir ahí, es de donde viene tu padre.

- Sí conocí a Ammón. Lo recuerdo vagamente, solía venir a vernos, yo era muy pequeño, seguro Nash lo recuerda mejor. Pero un día, de la nada, dejó de venir. Se habrá molestado con mamá por algo.

- Más que seguro, Kesh.

- Pero Ammón nunca me llevó a ver donde vivía.

- Seguro que lo ubicas fácilmente, es tu pariente. 

- Está bien, yo voy contigo dónde me digas. Pero qué motivo le voy a dar de porqué quiero vivir allá?

- No tienes que darle ningún motivo. Solo dile que querías cambiar de aires. 

- Vale, bien. Entonces, a Istanbul.

- Pero hay una cosita más que te tengo que decir sobre... Ammón...

- Qué cosa?

Estaba tan bonito tranquilo mi Kesh. Ya se había relajado y hasta sonreía, después de los días de angustia que había pasado. Se me trabaron las palabras, prometí no decírselo, porqué tenía que destruirle su estabilidad mental? Decirle que Ammón no es su padre sino su abuelo y que es hijo de un hermano mayor suyo en incesto con la propia madre con quién él también cometió incesto. No puedo, no puedo hacerle ese daño!!

- Mi alma... Ammón... Es el papá... ( Soy una pinche cobarde, no puedo!!!) De Numal! Ya vez que Numal nos odia y me quiere matar. Y es cierto que no vive en los terrenos de Ammón, sino en los de su abuelo Tengri, pero igual podría aparecer por ahí y sabes qué, mejor pensándolo bien, Istanbul no es bueno. 

- Tienes razón, no había pensado en eso. Pero entonces nos quedamos sin lugares a dónde ir.

- Le puedo pedir refugio... A la Cihua. Ella me debe un buen de cosas, y ya ahora hasta parece persona decente comparándola con la Daya. Yo he estado en la nación iroquesa, es super lindo, el jefe Bojan es muy buena gente y está mi hermano Jay que es majísimo, estoy segura que nos aceptan.

- Si tú lo dices, yo voy contigo dónde sea.


domingo, 12 de enero de 2025

Miriam y Quele

 - Miriaaaam!

- Hay pero que te a pasado??!!!

- Me notas algo diferente?

- Te han hecho algo, mi alma!

- Pero yo no siento nada. He pasado todo el día y me siguen gustando las mismas cosas, y la misma música y me veo completamente igual. Yo pensaba que cambiaría mucho y casi no me podría reconocer. Estoy paranoica Miriam! Estoy alucinando con que tal vez la que se murió fui yo y no ella!

- A ver, a ver, que no voy entendiendo. Que tú estás igual que siempre, pero algo te han hecho y se nota, porque esa aura pesá oscura que te rodeaba ya no está. Quién se murió?

- Cómo dijiste en las cartas en nochevieja, mi hermana Pocahontas, el día que la separaron de mi, no es que se murió, es que la mataron!

- Pero como ha sido eso?

- Yo estuve inconsciente, le pregunté a Kesh pero dice que desde dónde estaba no pudo ver mucho, solo luces y ruido, y en un momento sí, vió un ave rapaz  como de vapor y sombra, y que sus mirada era de odio, pero antes que se condensara, ya Nigghizida la había destruído.

- Qué terrible!! Pero tú estás bien. No te entriztescas cariño, que eso ni era persona ni era ná, era un bicho malo que te hacía daño.

- Supongo que tienes razón, en realidad no me entristece eso. Me preocupa no sentirme distinta. Durante mucho tiempo pensé que yo era la malvada. Lamentaba ser deplorable, viví consumida por un odio irracional hacia mí misma y unas ganas de autodestruirme. De no merecer nada bueno, y buscar castigarme, no sabía muy bien porqué. Y miedo. Miedo de mí misma y de lo que podría llegar a hacer. 

- Conocí esa mujer. Y siempre pensé que en ese tiempo no habías sido tú misma. La Lucita que conocí y casi que crié no era como esa bruja llamada Lucía. Te han sacado el mal, mi niña. No te angusties más.

- Pero además tengo otro problema. Dime Miriam, cómo vives tan tranquila rodeada de la podredumbre de este berenjenal?

- De qué me estás hablando?

Y llegó Quele, su hermano marido, mi gato gitano favorito.

- De qué están hablando, las dos?

- De Daya, Quele. Y tú sabes, de hecho que sabes. De lo impropio de Daya y tus hermanos.

- Como impropio que no me estoy enterando de nada?!

- Cuéntale Quele si estoy en lo incorrecto, que lo que hace con Antonio, en realidad lo hace con todos. Y desde hace mucho tiempo!

- Con todos no! Aquí, excepción. Respondió Quele. Ya te dije yo siempre que a mí mi madre no me quiere.

- Y afortunado tú entonces, Quele! Le dije yo.

- A ver, cómo es eso?! Que con todos sus hijos?!

- Los que le parecen guapos, sí. Pero cómo verás aquí, muy poco de eso. Señaló Quele, haciendo un gesto con la mano sobre su cara.

- Pues va ser bendición tuya y fortuna mía que no le guste tu cara. Feo pero bueno, y sobretodo, mío. Dijo Miriam.

- Pero Kesh sí está guapo, verdad Lucita? Entendió Quele.

Bajé la mirada y asentí.

- Pero de dónde sacas tú eso, Lucita mía?

- Lo sospechaba y se lo sonsaqué. Me lo terminó confesando todo.

- Pero mi bien, Kesh no es Antonio. 

- Si lo sé bien. Lleva 3 días llorando desde que lo descubrí, se muere de la vergüenza.

- Todo el mundo sabe lo que es Kesh. Que es un cacho pan! 

- Sí. Comenzó cuando era niño. Tendría que considerarlo una víctima.

- Pero obvio que es una víctima.

- Pero luego porqué se quedó? Es porque le agarró el gusto. Se pudo haber largado lejos, como Nash.

- Nash se fué por eso?

- No me consta, pero qué más puedo pensar?

- Y entonces que has pensado?

- De arranque le dije que no era su culpa y que lo íbamos a enfrentar quedándonos juntos aquí. Ahora ya no estoy tan segura.

- Entonces lo vas a abandonar?

- El me dió la mano y me sacó de un lugar de dónde no podía salir yo sola, por más que sabía que era incorrecto y me hacía mal. Si no fuera por Kesh yo seguiría allá rogándole que me quiera un poco a Kaan. 

- Entonces que harás?

- Trae tu baraja Miriam. Que las cartas me digan lo que hacer.

Miriam trajo su baraja, la mezcló y la partió en tres. Escoge.

Escogí. Levantó la primera carta y la tiró a la mesa.

- Esto es un viaje largo, mi Lucita. Te vas a ir a vivir lejos, tal vez sin retorno.

- Y Kesh?

- Escoge. Escogí otro montón.

- Levantó la carta y la puso al lado de la primera.

- Acá está. 



jueves, 9 de enero de 2025

La ruta del Quetzal 2

 - Algo se tendrá que poder hacer?! ( En mi cabeza, Pon aterrada a los gritos repetía, No dejes que me maté, no quiero morir)

- Es demasiado tarde ya.

- Qué dice?! Pero usted separó a mis hermanos Kaan y Huitzin exitosamente! Y ellos son mayores que yo.

- Yo estuve tratando el caso de tus hermanos mayores desde hace muchos años. Toci me los trajo cuando eran niños pequeños, o mejor dicho, me trajo a Kaan. No es que los intervine una vez y se logró. Yo los intervine varias veces durante su vida, preparándolos de a pocos. Hasta que juzgué que estaban listos para soportar ambos la intervención final. Y aún con tantos cuidados, fue riesgoso y un milagro.

- No puede prepararnos ahora, aunque seamos adultas, aunque tomé el tiempo que tenga que tomar?

- A su edad ya no hay caso. Y tampoco podrías intentar. Si le das mucho tiempo, ella terminaría por apoderarse de tí. Es como un cáncer, para salvarte hay que extirparla, si se puede ahora mismo.

- No quiero matarla.

- No estará muerta. No del todo. Aquí tengo un sitio para ella.

- Qué sitio es ése?

- Te llevaré para que lo veas. Allí conocerás a Xolotl. El te dirá lo que necesitas. Incluso podrás venir a verla. 

Pon me rompía el corazón con sus gritos. No quiero ir allá, no me dejes allá.

El Quetzal se me acercó y me extendió la mano, como un caballero.

- Acompáñame. Ah Puch, me llevaré a Coatlaxopeuh al Xolotlcan un momento.

Salimos hacia la parte de atrás, entonces atravesamos unas cuevas y luego bajamos en espiral, se filtraba luz de nuevo y estábamos en una selva, había animales de todo tipo, animales casi perfectamente normales, excepto por su mirada.

Seguimos adentrándonos, el clima ahí era agradable, los animales convivían entre ellos sin atacarse. Se me deslizó la idea del paraíso terrenal.

- Te presento a Xolotl. Este es su reino, el Xolotlcan.

Era un perro xoloitzcuintle, gigante, precioso. Su piel lisa brillaba, con un penacho blanco por único pelo sobre su cabeza.

- Bienvenidas, mis niñas. Saludó Xolotl directamente a mi cabeza, tal como me hablaba Pon. 

- Tú eres el mellizo del primer Quetzalcóatl?

- Lo soy. Quetzalcóatl podía hablar conmigo y construyó este lugar para mí. No le guardo rencor por haberme dejado. Vivo bien aquí, y con el tiempo, tuve compañía. Aquí vienen todos los mellizos que no pueden estar en ningún otro lugar. 

- Por favor Xolotl, yo no quiero quedarme aquí, quiero vivir de verdad! Le dijo Pocahontas

- Aquí vivimos y no está tan mal. Yo cuido de todos y los trato bien. Tú eres un ave, hay aves aquí, son amables, serán tus amigas.

- Nooo!! Lucita no me dejes aquí, no quiero ser un animal. Quiero ser una persona y estar con Quicré!!

- Tú conociste a Kaan y Huitzin? interrumpí 

- Los conocí. Kaan luchó mucho por ella, estaba convencido de que no la dejaría aquí. 

- Y lo logró. Huitzin ya encarna sola.

- Ella es nuestra estrella. Todos saben de su milagro en el Xolotlcan.

-Estás lista ya Coatlaxopeuh? Debemos regresar, preguntó el Quetzal.

- En verdad no hay ninguna otra solución para ella? 

- Ninguna, lo siento.

- Entonces, al mal paso darle prisa. Hagámoslo ahora, antes de que me arrepienta.



La ruta del Quetzal

Fui acompañada de Kesh al Anáhuac. Fuimos primero a la casa de papá porque yo no sé cómo ir donde vive el tío Quet.

- Mi Lupita! Te trataron bien esos salvajes?

- En realidad, no. Sonreí para que creyera que andaba de broma. Terminemos con ésto rápido. 

Ah Puch nos guió hasta el palacio de Quetzalcóatl, el camino no fue largo, porque usó sus salvoconductos. Las cuevas que puede convocar para crear portales que conectan los subreinos del Anáhuac.

En las murallas cerca de la entrada, estaban Kaan y Huitzin esperando.

- Cómo sabían que vendría hoy?

- Sacamos las cuentas, tu gemita terminó de madurar, dijo Huitzin. Yo estuve cuidando tu casa, por si querías regresar.

- Menos los pollos, dijo Kaan. De hecho, los pobrecitos murieron.

- Todos?!

- Tuvieron un accidente, dijo Kaan. Huitzin hizo un puchero. Me pude imaginar qué clase de accidente. Huitzin ya no estaba molesta, seguro días de matar animales habían hecho maravillas por su humor.

- Bueno, les dije que no era necesario que vinieran, yo me las arreglo. 

- Si, ya vimos que viniste con el turco. Solo queríamos ver qué estabas bien. Y dejarte saber que no te vamos a dar problemas. Eres nuestra hermana, nos seguimos preocupando por ti.

Kaan asuzó a Huitzin para que se fueran. Huitzin igual se acercó y me besó en la mejilla. Miró de reojo a Kesh y me soltó. 

- Suerte, Luz. Se marcharon.

Entramos las murallas. En el rellano estaba el conchudo de Quicré.

Kesh lo vió e hizo lo que me prometió que haría si lo veía. Le partió la cara. Creo que fueron 3 o 4 puñetazos. Kiki se quedó hecho mierda, sangrando.

- Es tu nuevo marido el turco, Lu? Qué rápida que eres po, no me extraña.

- Vienes por la gema de Pon. Ni debería darte nada, pero me das pena. Pero primero me sirves de testigo.

- Testigo de qué?

- Papá, quiero que sirvas de garante. Pon, quiero que renuncies a la maternidad de tus hijas gemelas que Kesh tiene en su poder. Si no lo haces no le voy a decir dónde está la gema tuya y de Quicré que tengo.

- No!! Yo renuncio! Mi única hija es la que tengo con Quicré. Dásela por favor.

- Entonces, repite Quicré lo que ha dicho Pon para que mi padre y Kesh te escuchen.

- Ella renuncia a la maternidad de esas niñas en favor de Kesh.

- Ves cómo nos entendemos? Redacté este lindo contrato, ya que tienes mucha sangre ahí, fírmalo con eso.

- En serio eres... Pero Kiki rubricó el papel con su propia sangre y me lo devolvió. Dame mi hija.

- Hay! La dejé en la pirámide de mi papi, ahí se la pides luego.

Enfurruñado, Kiki masticó su rabia. Me voy a quedar, por Pon. 

- Te quedarás acá en patio wey, porque yo no quiero que entres. 

Y efectivamente ahí se quedó, no dejé que me acompañara.

Entramos finalmente al castillo. Y nos recibió el Quetzal. Alto galán otoñal. Parecido a Marduk sí, con su largo cabello entrecano lleno de bucles y su barba bien recortada. Pero dónde Marduk era brutal, Nigghizida era elegante y reposado. Tenía un aura de dignidad y sabiduría. Me quedé cautivada de un solo vistazo.

- Bienvenida, Coatlaxopeuh. Tú padre me presentó tu caso, y ni siquiera tengo que revisarte para decirte, no hay nada que hacer por tu hermana, no tiene salvación.






Daya 2

Las cosas habían estado raras y tensas, Kesh se sentía distraído, triste y nervioso.

- No creo que mamá te haya dicho que estaba todo bien.

Tenía que preguntarle para confirmar, la idea que Lilith me había metido en la cabeza. Por lo que estaba viendo era lo más probable, pero no podía encontrar las palabras. Cómo le pregunto eso?, y decirle las cosas entre líneas tampoco iba a funcionar. Este hombre no entiende las sutilezas. Tendría que atacar entonces precisamente su ingenuidad.

- A quién me parezco?

- Cómo?

- A quién me parezco, Kesh?

- Tu rostro dices? A Miriam. Eres clavada a Miriam, sino conociera todos tus parientes mexicas no me creería que no son hermanas de sangre.

Fue un alivio en realidad, saber que no le recordaba directamente a Daya. Que no está conmigo porque le recuerdo a ella.

- A ver. Y que tal a Daya, no me parezco a ella?

- Y sí, claro. 

- Y sí yo hago esto? Hice que se sentara sobre la cama y me senté a horcajadas sobre él e hice la pantomima de estar montándolo, mientras le sostenía la mirada. Te la recuerdo?

- Un poco sí. Pero eres diferente.

- Te gusta más eso, con ella o conmigo?

- Obvio que contigo.

Y ahí estaba, mi pobre tonto no se había dado cuenta lo que me acababa de confesar. Al menos sé que no podría serme infiel, es materialmente incapaz. Finalmente, la luz llegó a su cerebro. 

- Tú sabías!! Lo sabes, lo sabes... Se quedó estático con los ojos abiertos, las lágrimas se le caían solas y rodaban por su cara. Ni siquiera era un llanto en toda regla, no había más ruido que el de su entrecortada respiración. Era un shock.

Trate de sacarlo de ese estado, le acaricié la cara, lo abracé, tomé su mano. Poco a poco volvió en si y comenzó propiamente a llorar.

- Kesh, cuéntame. Mírame!!... Cuéntame, cuándo comenzó y porqué?

Kesh lloró un poco más hasta que se calmó lo suficiente para hablar.

- Tenía 13 años.

- 13!

- Yo estaba muy triste, porque había sido la primera vez que te encontraste con Saúl y te habías ido con él y tuvieron la gema de Benny. Daya se había quedado la gema y fue la primera vez que te borró la memoria.

Yo me la pasaba llorando y ella me llamó aparte para preguntarme si estaba bien. 

Yo le dije que estaba enamorado de tí y que todo lo que te había pasado a mí me dolía profundamente.

Y no sé, nunca me había visto tan triste, me quiso consolar. Y pasó. Luego seguía pasando, a veces. Ella sabía que yo estaba enamorado de tí y me consolaba porque jamás me hacías caso. Así comenzó.

- Hasta cuándo pasó?

- Hasta hace poco. Estaba solo. No estaba contigo todavía.

- Lo sé, lo sé.

Se había echado apoyando la cabeza en mi regazo. De pronto se acurrucó como un ovillo sobre sí mismo, ocultando la cara entre sus manos. 

- Ahora que lo sabes me vas a dejar, verdad? Porque soy repugnante. Un asqueroso.

- Asquerosa es ella! Tú eras un niño, y eras su hijo. ( Y tan pinche falto de malicia)

- Pero yo pude haber.. haberme ido a vivir lejos, como Nash. 

- Nash no sabe?

- Mamá me dijo que era un secreto y que no se lo dijera ni siquiera a Nash. Yo al principio no pensé que fuera algo malo, luego me dí cuenta que no era normal. Pero me quedé y lo seguí haciendo. 

- Si ya no quieres hacerlo más, simplemente niégate, eres un hombre, ella no te puede obligar.

Otra vez ví cómo se hacía la luz en su cabeza. Cómo si realmente no hubiera esperado que esa fuera una opción. Tan... simple.

- Kesh, ella tiene que entender que ya te perdió, que te tiene que soltar. No vamos a huir de ella. Este es nuestro hogar, crecimos aquí, así que no sólo nos vamos a quedar, sino que le vamos a dar una lección. No vamos a reparar mi casa, la vamos a reconstruir, entre los dos, va a ser nuestra nueva casa, para que vea que vamos en serio...Pero está cama sí la llevamos allá.

- Entonces te vas a quedar conmigo?!

- Tú no tienes la culpa de lo que te hizo es bruja ardida. Además, ella todavía tiene al Antonio para entretenerse.

Kesh hizo un mohín de confusión con las cejas.

- Criaturita santa! Antonio es un sinvergüenza, Kesh. Ya alguna gente lo sabe, porque no es discreto como tú, y no lo sufre, lo disfruta. Teniendo una mujer tan buena y que lo ama tanto como la Rosi, no le da la gana de dejar a la Daya. Y a Daya no le da pena ni su propia hija.

A Kesh otra vez casi le dió algo 

- Yo no podría hacer algo como eso jamás! Yo te amo, quiero respetarte, estar sólo contigo.

- Yo lo sé, mi amor. Por eso, Antonio es una caca, pero tú eres una buena persona... que le han pasado cosas. 


martes, 7 de enero de 2025

Daya

 Me acerqué a Kesh juguetonamente, dándole pequeños besitos en la cara.

- Amor, porqué hasta ahora no hemos ido a ver a mamá? Hace varios días que vinimos.

- Psé ... 

- Qué pasa? Pensé que sería de las primeras cosas que haríamos.

- Quieres ir?

- Obvio! Tú porque no quieres ir?

El se revolvió incómodo y empezó a rascarse la cabeza de nervios. Suspiró, queriendo ensayar una respuesta.

- Tienes miedo,Kesh? Temes que va a retarte... Por estar conmigo? Mírame.

- No le va a gustar.

- Ella misma no te propuso una vez que te cases conmigo?

- Era diferente, era un trámite, un matrimonio falso. 

- Tal vez no es como piensas y se lo toma bien. Tal vez se ponga contenta por nosotros.

El negaba con la cabeza. 

- Y sí no le gusta qué tiene? No eres un niño Kesh, no porque es tu madre le tienes que hacer caso en todo. Vamos a verla y salgamos de eso.

- Lucita... Kesh me besó, manteniendo el beso me abrazó por la cintura, me levantó del piso y me volvió a dejar en mi lugar. Está bien, vamos.

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- No no no no no no no. Lo siento pero no. Sí me lo vinieron a contar, pero pensé que eran chismes. Que dejaste los mexicas, genial! Que vivías con Kesh, y bueno, tu casa necesita reparación, cómo no te iba a alojar Kesh, siempre ha sido bueno contigo. Que los vieron bailando en nochevieja, lo justo! Todos nos estábamos divirtiendo! Que estaban tomados de la mano, a ver, qué se han criado juntos. Hice de todo por no pensarlo mal!!! Pero obvio que lo pensé mal y tuve la razón!

- Pero yo la amo, mamá, no está bien eso?

- Mi amor, claro que la amas, eso lo sé bien. Tú no eres el problema.

- Yo soy el problema? 

- Lucita, mi alma, cógete a cualquier otro. Te doy el que quieras, te consigo el que quieras. 

- Quiero a Kesh.

- A Kesh no.

- Pero si me lo ibas a dar una vez, antes de casarme con Numal.

- Porque era un evento con un final programado, para que vea cómo eres de cerca, y se le pasara su persistente tontería por tí!

- No soy suficiente para tu hijito!

- Tú eres más que suficiente, pero Kesh no es para tí. Él es... inocente.

- Y yo soy una forajida. Y lo dice la señora que me crió con su buen ejemplo!

- Me estás faltando el respeto!

- Respeto es el que no tienes, ni por tus propios hijos!!

Daya calló y aventuró una mirada inquisitiva. Kesh se quedó confundido.

- De qué estás hablando Lucita?, preguntó Kesh.

- Amor porqué no sales un rato a dar la vuelta, mi mamá y yo tenemos que hablar en privado. Ve, pasea por el jardín.

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- Qué es lo que tú sabes?

- Sé, de saber algunas cosas sé. Y como eres mi madre nunca te eché en cara ninguna, porque no es mi asunto. Pero Kesh es mi asunto. Y yo pensaba que tus cochinadas con el Antonio eran la primera vez, pero luego vino Nash y me contó quién era el verdadero padre de Kesh. Y así tienes cara de decirme, mi inocente y puro niño de luz no puede estar con una rufiana como tú.

- Se lo contaste a Kesh?

- Si vas a seguir insistiendo en oponerte, va a ser que sí se lo voy a contar.

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- Vamos, Kesh.

- Pero en qué quedó?

- Nada, hablamos civilizadamente y nos entendimos mi amor. Mi mamá está contenta de que estemos juntos y nos desea que seamos felices. 

- De verdad?!

- Sí!! ☺️ 

Corre, Forrest.

 Estaba buscando activamente a Nash y aparecí en un campamento en mitad de una maravillosa estepa. El domador de caballos en su salsa, reparó en mi y se apeó acercándose.

- Lucía? 

- Nash?! Vives aquí?

- Bonito, no? No aquí precisamente, estábamos de cacería. Déjame presentarte, pasó conmigo a una casa improvisada, una mujer rubia de ojos grandes me sonrió. Tenía algo de rusa, o ucraniana.

- Mi esposa, Lorelai. Está es mi hermana, Lucía. 

Me dió dos besos, uno en cada mejilla, me dijo, bienvenida hermana y salió.

- Qué viniste a decirme?

- Sabes Nash exactamente cómo fue el caso de la azul que le gustaba a Kesh?

- No. Por alguna razón no da muchos detalles.

- Yo sí la sé. Y te la voy a contar si juras no volverlo a repetir a nadie.

- Juro.

Y le conté todo el rollo.

- Qué pasada!

- Nash, qué le sucede a Kesh? Una cosa es ser despistado, o inocente, o tal vez un poco tonto. Lo de él ya no es normal. A su edad, y sé perfectamente cuál es su edad porque me crié con él, tanta falta de malicia es preocupante.

- Ah! Mi pobre Kesh. Sí, algo tiene, no sabemos muy bien que es. Está bien, tengo que decirte un secreto. Kesh no lo sabe, y no se lo tienes que contar.

- Vale. Que es?

- No sabemos, pero sospechamos que puede ser una tara por endogamia.

- Qué hablas? Si Ammón y Daya no son parientes.

- Ajá ellos no son parientes, por eso yo estoy bien. Pero, Kesh es hijo de Daya, pero no es hijo de Ammón, es nieto de Ammón. Kesh no es mi hermano, es mi hermanisobrino. 

- No manches, de que chingados estás hablando Nash?!

- Lucía. Kesh es hijo de un hermano mayor nuestro. Mamá a veces, se agarra a sus propios hijos. Cuando tuve la edad, como hijo varón me tenía que ir a vivir con mi padre, pero nos quedamos con mamá, yo para cuidar de Kesh, y él porque mamá no lo dejaba ir. Pero fuera de eso está bien, es un detallito, cuando fue adolescente mamá lo juzgó independiente como para cuidar de tí. 

- Quieres decir que es como Forrest Gump?

- Y tú eres su Jenny. 

- Yo odio a Jenny!! 

domingo, 5 de enero de 2025

Paseo con Nash

 Apareció Nash con una flor en la mano.

- Para la más linda de mis hermanas. Sonreía, la misma luminosa sonrisa cálida de Kesh.

- Eso nos lo dices a todas.

- Ah! Culpable!. E hizo un gesto chistoso de dispararse al corazón y morir. Nos reímos.

- Qué haces aquí?

- Dije que volvería para hablar contigo. Así que te voy a llevar a dar un paseo por el pueblo. Nos vamos?

- Y Kesh? 

- Ya le avisé. Kesh, me estoy robando tu esposa, está bien?

- No es mi esposa, dijo Kesh.

- Pero lo será, o no? Y me miró. Yo no atiné a responder ni sí ni no. Solo lo miré de vuelta abriendo mucho los ojos.

- Te la traigo luego, dijo Nash y salimos.

Cuando ya estábamos un poco lejos y Kesh no podía escucharnos, le pegué en el brazo.

- Nash!!! Porqué me pusiste en ese compromiso, qué tienes?!

- Sólo quería ver. Lucía, Kesh no está jugando a la casita contigo.

- Lo sé.

- Sabes entonces que siempre estuvo enamorado de tí? 

- No. Eso es mentira. Estaba enamorado de una azul de la que se acaba de desencantar, y ha decidido darme un chance, porque en fin. 

- Lucía. Kesh ha estado enamorado de tí toda la vida. Estaba resignado sí, a que no lo registrabas y me hizo prometer que nunca te lo diría. Y la antigua tú efectivamente, lo habría encontrado muy cómico y se habría burlado. Pero Kesh tiene razón, tú has cambiado, mucho. 

- Por favor Nash, Kesh siempre me trató como a una hermana, nunca demostró ningún interés. Hasta llegó a hacer bandos con algunos de mis pretendientes para aconsejarme cuál me convenía mejor.

- Sabes que nosotros no tenemos hermanas del mismo padre. Nosotros nos criamos muy cerca de tí, eras la chica más cercana en edad. Kesh me preguntó si yo estaría interesado en tí, le dije que no. Entonces comenzó a pedir encarnar poco antes que tú para ser tu hermano mayor, a pesar que es tu menor. No me lo dijo, pero me di cuenta. Había elegido cuidar de tí.

- Kesh es un guardián, un protector, está en su naturaleza. 

- Mientras Kesh te vigiló, tu eras orgullosa y narcisista, pero en el fondo no eras mala. Eras traviesa y coqueta, pero podías ser dulce y cariñosa con quienes se ganaban tu corazón. Yo te recuerdo así. Pero Kesh perdió la esperanza y se cansó. Me dijo, ella no está en mi destino al parecer. Dijo que había fallado y que renunciaba. Luego te dejó sola. Yo también te abandoné, me fui por esa época, y te hizo mal, luego nos llegaron noticias de que eras un monstruo, déspota,cruel y sin sentimientos. 

- Lo fuí. Me da vergüenza recordarlo.

- Yo estaba lejos, no lo ví. No volví a verte hasta ese día que nos encontramos aquí en la plaza.

Habíamos estado caminando mientras conversábamos y ya estábamos en la plaza del pueblo. Eché un vistazo, la gente cuchicheaba.

- Jajajajaja, se rió Nash. Ahora vas a ver que comienzan a decir que le pones el cuerno a Kesh conmigo. 

- Luego hablamos poco antes que me casara con Numal. Entonces Daya le había pedido a Kesh que aceptara mi traspaso y él se negó y en vez, trajo a Numal.

- Kesh vino a contarme de eso. Me preguntó que debía hacer, en ese tiempo estaba ilusionado con una azulita, pero cuando mamá le dijo que se casara contigo se bloqueó. Me pidió consejo, y yo le dije que se negara y siguiera a la azul. Le ibas a hacer daño, Lucía, tenía que cuidar a mi hermano. Kesh es tan fácil de herir. 

- Sí, le hubiera hecho daño sin proponérmelo. Pero me dejó con Numal.

- Estábamos hablando con Numal un poco de eso, a Kesh se le escapó decir que mamá seguía buscando esposo para tí y Numal dijo, pero si a mí me la había prometido hace 5 años y nunca me cumplió, y fue a reclamar. Kesh lamentó haber hablado de más, pero nunca pensamos que Numal te fuera a hacer daño. Lo conocíamos bien, o eso creímos.

- Y al final, pues esa azulita, digamos que no resultó lo que él esperaba. 

- Luego Kesh me vino a contar que le querías quitar a sus hijas, porque no eran tuyas. Yo conocí a esas niñas. Él las adoraba. Las peleó y yo atestigüé a su favor, era un excelente padre.

- Nunca se las quise quitar. Se las dejé y le dije que las peleara. Pero si le dije que estoy maldecida por mi nacimiento y que ninguna de las gemas que tuve era mía.

- Eso lo hizo pensar mucho. Me dijo, si es estéril y recién se ha enterado, su esposo la va a repudiar. Y ya nadie más va a querer aceptarla. Y efectivamente, luego tu esposo mapuche te pidió el divorcio. Sabes, a otro eso lo hubiera alejado, pero creo que a Kesh le dió el valor de finalmente decirte que te quería. Pero es injusto, porque el dedicó su vida a admirarte y tú le has dicho que sí porque te has quedado sin opciones.

- No sabía eso. Jamás me lo dijo.

- Así es Kesh, nunca dice nada. Por eso, cómo ya estoy liberado de mi promesa de no contarte, te lo estoy contando todo. Yo te veo ahora ya distinta, no sé qué te has hecho, pero tienes un aura luminosa, un ángel que no tenías. Me lo vas a cuidar?

- Te juro Nash, lo voy a cuidar.

- Genial. Vayamos regresando entonces.

Nos pusimos de pie y comenzamos a hacer el camino de regreso. Entonces se me ocurrió preguntar.

- Tú debes saber Nash!

- Qué cosa?

- Recuerdas un chico turco, llamado Oskar? Uno que llegó a vivir aquí un tiempo, que lo trajo Mozz el de The Smiths?

- Oskar? Un turco?

- Éramos niños, creo era de tu misma edad, tendría 12 o 13.

- Ya, sí. Claro! Ese chico era un refugiado. Mi papá le pidió a mamá de favor que lo escondiera un tiempo. 

- También era hijo de tu papá?

- No. Era hijo de un señor de la guerra, alguien importante, que había caído en desgracia y sus enemigos querian acabar con él. Tengo entendido que estaba en la clandestinidad y a sus hijos los separó y los hizo esconder por varios sitios para protegerlos.

- Y sus enemigos lo alcanzaron al parecer.

- Ese chico te gustaba verdad? Si te recuerdo alrededor de él.

- Luego desapareció y Mozz se fué a buscarlo. Sabes qué le pasó?

- No. Nunca supe más de él.

- Yo sí. Los amarillos lo convirtieron en mujer y lo metieron a un burdel.

- Qué tragedia! Cómo sabes eso?

- Me lo dijo Lilith, mi amiga azul. Mozz estaba buscando a Oskar en esos lugares y encontró a una azul que ellos estaban buscando y les pasó la voz. Pero luego, en esta vida, en el real, me encontré con el propio Oskar. Lo reconocí, a pesar de que estaba en un contexto carnático femenino.

- El te reconoció?

- Sí. El mismo me dijo que en realidad era hombre y que se llamaba Oskar. En ese tiempo éramos muy jóvenes y yo no lo entendí, me enamoré de él igual, pero él me rechazó porque en real era mujer y no quería darme problemas. Luego en 2006 se marchó, dejo su contexto carnático animado por alguna cosa y lo abandonó. No sé dónde estará ahora.

- No estás planeando buscarlo o sí?

- Te estoy diciendo que voy a cuidar de Kesh! Sólo tenía curiosidad sobre quién era su padre y porqué estaba aquí.

Finalmente llegamos de vuelta a casa de Kesh. Fue un agradable paseo.

- Vas a pasar un rato?

- No, ya me voy. Una última cosa. Sí están follando, verdad?

- Nachoooo!!!

- Cómo va eso, bien?

- Bien. Un par de cosas que le tuve que sugerir, pero en general bien.

- Genial, ese es mi muchacho. Ya me prometiste que lo cuidarás! Se marchó Nash, domador de caballos, de la brillante sonrisa.


viernes, 3 de enero de 2025

No es justo para tí

 Estábamos Kesh y yo descansando en la cama redonda más rica del mundo. En serio, quisiera quedarme a vivir solo ahí. Entonces hablé casualmente.

- No te convengo para nada, mi amor.

A Kesh se le iluminó el rostro y era puro sonrisas. 

- Me estás escuchando?

- Sí! Me dijiste mi amor.

- No te lo había dicho hasta ahora?

Kesh movía la cabeza negativamente, pero sin dejar de sonreír. Luego se me tiró encima a llenarme de besos.

- Espérate! No escuchaste lo demás. Le aparté con una mano y nos sentamos en la cama.

- No, no lo escuché.

- Kesh, si sigues conmigo, lo vas a lamentar.

- Ahora tú misma estás contra tí?

- Kesh, tú no tienes hijos.

- Cómo no? Citlali y Quetzali son mis hijas.

- Hijos tuyos, propios. Kesh, yo no te puedo dar hijos, ahora no lo sientes, pero en el largo plazo te pesará.

- Lucita, eso ya me lo habías contado. De hecho fué de lo último que hablamos antes que te dijera que pensaras en mi. Lo tengo presente. Si me importara tanto, crees que te habría propuesto algo?

- Igual, no es justo para tí. Yo no quiero...

- Lucita, niños no nos van a faltar. Somos gitanos!

- Que los vamos a robar?!

- Qué es eso, Lucita?! Ya nuestros parientes nos darán algunos para que los criemos.

Pon, dentro de mi cabeza se sorprendió.

- Ese hombre debe amarte mucho, Lu, sino le importa no tener hijos con tal de estar contigo. 

Se me hicieron agua los ojos, otra vez ese sentimiento de no ser suficiente, de no merecerme algo. Kesh, eres demasiado bueno para mí.

- No te tienes que sacrificar por mí, debería irme.

- Ya me he sacrificado mucho por no tenerte, con más gusto por tenerte. No llores, mi amor, vamos a estar bien.



jueves, 2 de enero de 2025

Numal

 Ni siquiera nos dimos cuenta y el tipo ya estaba dentro de la casa. Tiró un objeto raro, parecido a un tajador sobre la mesa, delante de Kesh.

- Qué es eso?

- Para que le saques punta a tus cuernos, Kesh.

- No lo voy a necesitar, gracias.

- Oh, lo necesitarás y muy pronto.

Yo lo interrumpí, no tenía derecho a venir así y hacer una escena.

- Numal. 

- Lucía. Una vez cuando eras mi esposa, viniste a esconderte aquí. Yo le dije a Kesh que era impropio que se quedara a solas contigo, y él me dijo que no pasaba nada, que eran solo hermanos.

- Y era cierto entonces, dijo Kesh.

- Ya no me lo creo. (Y Numal hizo ese gesto de enojo tan turco que tanto me asustaba de él, levantó la cabeza e hizo un ruido seco con el paladar en la lengua.) Pero vas a sufrir, Kesh. Esta mujer te hará llorar hasta que te sangren los ojos. Y te arrepentirás de lo que hiciste. Más que una opinión pareció que nos maldecía.

- No hice nada de lo que arrepentirme. Si no quieres creerme es tu problema. Y yo no tengo la culpa de tus malas decisiones Numal, dijo Kesh. Que te quedaste sin soga y sin cabra, por tu mala cabeza, no es mi culpa. Si Lucita se te fue de las manos entonces es porque no la cuidaste, estabas más concentrado en otra mujer, que al final también se te fue.

- Mi familia me advirtió contra tí Lucía y tarde les hice caso. Que me pusiste el cuerno con tu ex esposo, merecía castigo. Pero con mi propio hermano... Realmente debí haberte matado.

- Fuera de mi casa Numal! Si vas a creer eso de nosotros no eres bienvenido aquí. Ya te dije que no fue así, me conoces, soy tu hermano, crees que te traicionaría así?!

Numal nos miró con odio en los ojos. Escupió en el piso y se fue. Si hubiera tenido algún derecho, nos habría metido el puñal que llevaba en la cintura. 

Me derrumbé a llorar, del puro miedo.

- Es un psicópata, nunca terminas de conocer a las personas, dijo Kesh mientras iba a abrazarme.






Nacho

 Entonces una figura alta asomó a la puerta. Abrí.

- Nachoooo!!!

- Lucía!. Los rumores me llegaron pero tenía que verlo. Estás aquí.

Me fui hacia él sonriendo, en un efusivo abrazo.

- Tanto tiempo sin verte, mi Nash. Cómo estás?

- La que importa eres tú. En serio regresaste? Y estás con Kesh?! Casi me caigo al piso.

- Pues te lo vas creyendo, porque es verdad. Salió Kesh a saludarlo.

Se parecen bastante, los dos altos, espigados, sonrisa hermosa, cejas pobladas, morenos, guapos. 

- Finalmente, mi hermano triunfó! Lo felicitó Nash. Y le dió un abrazo y hasta un beso en la mejilla.

- Quieres café? No, tú siempre quieres café, dije yo y los dejé un rato solos para que hablen. Pero no me fui lejos, quería saber que le decía.

- Hasta que te hiciste a Lucía, Kesh.

- No "me la hice", estoy con ella.

- Y qué pasó con la azulita?

- Eso se acabó.

- Y cuánto crees que te dure lo de ahora?

- Porqué lo dices?

- No seamos tontos, Kesh. Lucía tiene una... Reputación. Por ahí han pasado un montón de lobos. 

- Tú también?!

- No! Yo no. Tú sabes que yo siempre estuve con la que es mi esposa. Pero, tengo entendido que entre los mexicas no le fue mejor. Que cambiaba de marido como de calz...

- Porqué me dices eso?!

- Porqué eres mi hermano pequeño, te estoy cuidando. 

- Te has quedado con la idea de ella de hace muchos años. Hace mucho que no vives aquí, solo te llegan chismes mal contados. Ella ha cambiado.

- Me crié con ustedes dos. La conozco. Es ... Inconstante. Tú lo sabes. Luego no vengas llorando a decirme que no te advertí. Yo adoro a Lucía, pero es muy ...

- No quieres baklava también, Nash? Salí a interrumpir.

- No. Sabes qué, no me puedo quedar. Pero volveré, a ponerme al día contigo. Hasta pronto, mi Lucía. Kesh, nos vemos. 

Kesh estaba disgustado. Le serví la baklava para que se endulce.

- No me gusta tanto que me digan Lucía, así me llamaba Numal también.

- Por eso yo te digo Lucita.

-  Le escuché todo lo que dijo, Kesh.

- Perdóname, no te defendí lo suficiente.

- Miriam me dijo lo mismo el otro día.

- Qué te dijo?

- Si lo estás agarrando para tontear un rato, mejor déjalo en paz. Mis propios hermanos, te protejen de mi. Piensan que soy una zorra.

- No les hagas caso. Te siguen juzgando por el pasado. Yo te conozco mejor.

Pero yo sé que está pensando que dejé a Kaan y dos días después ya me estaba acostando con él.

Serio soy puta, wey.

Sangre de la Cihua, criada por la Daya. A ver qué otra cosa podría ser.